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Introducción a la Biblia

Jueces

Libro de los Jueces.

Capítulo 1

I. El Gobierno de Dios a través de los Jueces después de Josué.

A. Conquista de otras ciudades de Canaán.

1. Juda conquista con Simeón después de la muerte de Josué.

a. 1:1 Sucedió después de la muerte de Josué, los hijos de Israel consultaron a Jehová, preguntando: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?

b. 1:2 Jehová respondió: Judá subirá; Porque Yo le he entregado la tierra en sus manos.

c. 1:3 Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo. Y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón se fue con él.

d. 1:4 Subió Judá, Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres.

e. 1:5 Hallaron a Adoni-bezec en Bezec. Pelearon contra él. Derrotaron al cananeo y al ferezeo.

f. 1:6 Pero Adoni-bezec huyó. Siguiéndolo, sujetándolo, le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.

g. 1:7 En esa época, dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa. Como yo hice, así me ha pagado Dios. Y lo llevaron a Jerusalén, donde murió.

h. 1:8 Combatieron los hijos de Judá a Jerusalén. La conquistaron y a sus habitantes traspasaron con el filo de la espada e incendiaron la ciudad.

i. 1:9 Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo, que habitaba en las montañas, en el Neguev, y en los llanos.

2. La conquista de Judá, de Caleb y Otoniel en Canaán.

a. 1:10 Marchó Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, antes llamada Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

b. 1:11 De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.

c. 1:12 Caleb dijo: El que ataque a Quiriat-sefer y lo derrote, yo le daré Acsa mi hija por mujer.

d. 1:13 Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb conquisto Hebrón; y él le dio Acsa su hija por mujer.

e. 1:14 Cuando ella se iba con él, la persuadió que pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué quiere?

f. 1:15 Ella en ese momento le respondió: Concedeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

g. 1:16 Los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad. Y ellos habitaron con el pueblo.

3. Las conquistas de Judá y Simeón en Canaán.

a. 1:17 Fueron Judá y su hermano Simeón, derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, destruyéndola. Y le colocaron a la ciudad el nombre Horma.

b. 1:18 Conquisto también Judá a Gaza, con su territorio. Ascalón, con su territorio. Y Ecrón, con su territorio.

c. 1:19 Y Jehová estaba con Judá, quien destruyo a los de las montañas. Pero no pudo destruir a los que habitaban en los llanos. Porque tenían carros de hierro.

d. 1:20 Y le dieron a Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho. Y él destruyo de allí a los tres hijos de Anac.

4. Los israelitas no destruyeron a todos los cananeos.

a. 1:21 Los hijos de Benjamín dejaron que el jebuseo que habitaba en Jerusalén, continuara allí hasta hoy. Porque los hijos de Benjamín no lo destruyeron. Y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín, en Jerusalén.

b. 1:22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos.

c. 1:23 Y la casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que antes se llamaba Luz.

d. 1:24 Y los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.

e. 1:25 Y él le mostró la entrada a la ciudad. Y la hirieron a filo de espada. Pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia.

f. 1:26 Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó Luz. Y este es su nombre hasta hoy.

g. 1:27 Tampoco Manasés, destruyo a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas. Ni a los de Dor y sus aldeas. Ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas. Ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas. Y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.

h. 1:28 Pero cuando Israel se sintió fuerte, hizo al cananeo tributario. Pero no lo destruyo.

i. 1:29 También Efraín no destruyo al cananeo, que habitaba en Gezer. Sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer.

j. 1:30 De igual forma, Zabulón, no destruyo a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario.

k. 1:31 Por otra parte, Aser no destruyo a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob.

l. 1:32 Y moró Aser entre los cananeos, que habitaban en la tierra. Puesto que no los destruyo.

m. 1:33 Tampoco Neftalí destruyo a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra. Pero fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat.

o. 1:34 Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.

p. 1:35 El amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim. Pero cuando la casa de José recobró las fuerzas, lo hizo tributario.

q. 1:36 Y el límite del amorreo, fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

Capítulo 2

B. Traspasado el pacto de Dios con Israel.

1. Él Ángel de Jehová les indica traspasaron su pacto con Israel.

a. 2:1 El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo los saqué de Egipto, y los lleve a la tierra de la cual había jurado a sus padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con ustedes.

b. 2:2 Con tal, de que ustedes, no hagan pacto con los habitantes de esta tierra, cuyos altares han de destruir. Pero ustedes no han obedecido a mi voz. ¿Por qué han hecho esto?

c. 2:3 Por tanto, yo también les digo: No los echaré de delante de ustedes, sino que serán azotes para sus costados, y sus dioses les serán de tropiezo.

1.1. Israel lloro al escuchar las palabras del Ángel de Jehová.

a. 2:4 Cuando el Ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo grito y lloró.

b. 2:5 Y llamaron el nombre de aquel lugar Boquim, y ofrecieron allí sacrificios a Jehová.

c. 2:6 Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido cada uno a su heredad para poseerla.

2. Israel sirve a Baal después de la muerte de Josué.

a. 2:7 Y el pueblo había servido a Jehová, todo el tiempo de Josué. Y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron con Josué, que habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.

b. 2:8 Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.

c. 2:9 Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

d. 2:10 Y toda aquella generación también fue murió como sus padres. Y después de ellos, hubo otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.

e. 2:11 Después de esto, Israel hace lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.

3. Jehová se molesta con Israel por adorar a Baal y Astarot.

a. 2:12 Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban a sus alrededores. Y a estos adoraron. Provocando indignación a Jehová, haciéndolo enojar contra ellos.

b. 2:13 Dejaron a Jehová, adoraran a Baal y a Astarot.

c. 2:14 Y se molestó Jehová contra Israel. Luego los entregó en manos de robadores, que los despojaron. Y los vendió en mano de sus enemigos al alrededor. No pudiendo hacerles frente a sus enemigos.

d. 2:15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos, para mal. Tal como Jehová había establecido, y como Jehová se lo había jurado. Teniendo gran aflicción.

e. 2:16 Pero Jehová, les dio jueces que los librasen, de mano de los que les despojaban.

4. Israel no les hace caso a los nuevos jueces.

a. 2:17 Pero a pesar de todo, tampoco oyeron a sus jueces. Sino siguieron tras sus dioses ajenos, y los adoraron. Pronto se apartaron del camino en que anduvieron sus padres, obedeciendo a los mandamientos de Jehová. Sus padres no hicieron como ellos.

b. 2:18 Y cuando Jehová les daba jueces. Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos. Todo el tiempo de aquel juez. Porque Jehová tiene misericordia de ellos. Por causa de los que los oprimían y afligían, escuchaba sus gemidos.

c. 2:19 Más acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, corrompiéndose más que sus padres. Siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.

5. Porque traspasaron su pacto, Jehová les exhorta.

a. 2:20 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto el pueblo traspaso mi pacto ordenado a sus padres, y no obedece a mi voz.

b. 2:21 Tampoco yo volveré más a arrojar delante de ellos, a ninguna de las naciones, que dejó Josué cuando murió.

c. 2:22 Para probar con estas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres.

d. 2:23 Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano de Josué.

Capítulo 3

II. Dios liberta a Israel a través de los jueces.

A. Israel sirve a otras Naciones y Dios los liberta.

1. Jehová prueba a Israel, con las naciones.

a. 3:1 Por tanto, estas, son las naciones que dejó Jehová. Para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán.

b. 3:2 Solamente para que el linaje de los hijos de Israel, conociese la guerra. Para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido.

c. 3:3 Los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, sidonios, y heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

d. 3:4 Esto fue para probar con ellos a Israel. Para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres, por mano de Moisés.

e. 3:5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

f. 3:6 Y escogieron de sus hijas por mujeres. Y dieron sus hijas a los hijos de ellos. Y sirvieron a sus dioses.

g. 3:7 Hicieron, en consecuencia, los hijos de Israel, lo malo ante los ojos de Jehová. Se olvidaron de Jehová su Dios. Sirviendo a los baales y a las imágenes de Asera.

1.1. Israel sirven al rey de Asiria, a Cusan, 8 años.

a. 3:8 Se indigno Jehová contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Asiria, en Mesopotamia. Y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.

2. Otoniel juez libertador de Israel, 40 años.  

a. 3:9 En esa época, clamaron los hijos de Israel a Jehová. Y Jehová les dio un libertador a los hijos de Israel y los libró. A Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

b. 3:10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel. Salió a la batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria. Y permaneció su mano contra Cusan-risataim.

c. 3:11 Y reposó la tierra cuarenta años. Muriendo Otoniel hijo de Cenaz.

3. Israel sirve a Eglón rey de los moabitas, 18 años.

a. 3:12 Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo, ante los ojos de Jehová. Y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab, contra Israel. Por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.

b. 3:13 Este juntó con los hijos de Amón y de Amalec, vinieron e hirieron a Israel. Y capturo la ciudad de las palmeras.

c. 3:14 Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas, dieciocho años.

4. Aod los liberta de Eglón, por 80 años.

a. 3:15 Clamaron los hijos de Israel a Jehová. Y Jehová les dio un libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel le enviaron un presente a Eglón, rey de Moab, con él.

b. 3:16 Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo. Y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.

c. 3:17 Aod entregó el presente a Eglón rey de Moab. Eglón era un hombre muy gordo.

d. 3:18 Luego de haber entregado el presente al rey. Despidió a la gente que lo había traído.

f. 3:19 Pero él se devolvió desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. El de inmediato dijo: Calla. Y salieron del lugar, todos los que estaban con el rey.

g. 3:20 Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El enseguida se levantó de la silla.

h. 3:21 En ese momento, extendió Aod su mano izquierda, y agarro el puñal de su lado derecho. Y se lo traspaso por el vientre.

i. 3:22 De tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja del puñal. Y la gordura cubrió la hoja. Porque no sacó el puñal de su vientre. Y se le salió el estiércol al rey.

j. 3:23 Salió Aod al corredor, y cerró las puertas de la sala. Y las aseguró con el cerrojo.

k. 3:24 Cuando él salió, entraron los siervos del rey. Y ellos viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.

l. 3:25 Y esperado ellos, que el rey abriera la puerta, se sintieron confusos. Porque él no abría las puertas de la sala. Estos agarrando la llave y abriendo la puerta. Enseguida, vieron a su señor que se había caído en la tierra, muerto.

4.1. Aod Juez de Israel.

a. 3:26 Pero, entre tanto que ellos esperaron. Aod escapó, y pasando los ídolos, estuvo a salvo en Seirat.

b. 3:27 Y cuando entro a la ciudad, tocó el cuerno en el monte de Efraín. Y los hijos de Israel bajaron con él del monte. Y él iba delante de ellos.

c. 3:28 En ese día, él les dijo: Síganme. Porque Jehová ha entregado a nuestros enemigos los moabitas en sus manos. Y lo siguieron a él. Y capturaron en los vados del Jordán, a Moab, y no dejaron pasar a ninguno.

d. 3:29 Y en aquel tiempo mataron de los moabitas, como diez mil hombres. Todos los valientes y todos los hombres de guerra; no escapó ninguno.

e. 3:30 Así fue subyugado Moab aquel día, bajo la mano de Israel. Y reposó la tierra ochenta años con Aod, como juez.

5. Samgar juez de Israel

a. Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos, con una aguijada de bueyes. Y él también salvó a Israel, por 9 años. 3:31; 1:36; 5:6

Capítulo 4

B. Débora juez de Israel los libertó de Canaán.

1. Jabín rey de Canaán oprime a Israel por 20 años.

a. 4:1 Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.

b. 4:2 Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim.

c. 4:3 En esa época, los hijos de Israel clamaron a Jehová. Porque aquél tenía novecientos carros de hierro. Y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel, por veinte años.

2. Débora en ese tiempo era juez y profetiza de Israel 40 años.  

a. 4:4 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot.

b. 4:5 Y se acostumbraba a sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín. Y los hijos de Israel acudían a ella a juicio.

3. Débora y Barac van a desafiar a Sísara.

a. 4:6 Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha enviado Jehová Dios de Israel, diciéndote: ¿Ve, reúne a tu gente en el monte de Tabor? ¿Y selecciona contigo a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón?

b. 4:7 Y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos.

c 4:8 Barac le respondió: Si tú vas conmigo, yo iré. Pero si no vas conmigo, no iré.

d. 4:9 Ella le dijo: Iré contigo. Pero no será tuya la gloria de la jornada que emprendes. Porque en mano de una mujer entregarà Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.

e. 4:10 Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, fueron con él, diez mil hombres a su mando. Y Débora fue con él.

f. 4:11 Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había fabricado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes.

g. 4:12 Llegaron las noticias a Sísara, de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte de Tabor.

3.1. Barac y Débora derrotan al ejército de Sísara.

a. 4:13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón.

b. 4:14 En ese momento, Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, con diez mil hombres que lo seguían.

c. 4:15 Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac. Y Sísara bajo del carro, y huyó a pie.

d. Pero Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset-goim. Y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno. Jue 4:16 

e. 4:17 Y Sísara huyó a pie, a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

f. Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él fue a ella a la tienda. Y ella le cubrió con una manta. Jue 4:18 

g. 4:19 Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, ya que tengo sed. Y ella abrió una jarra de leche y le dio de beber. Y lo volvió a cubrir.

3.2. Jael mujer de Heber mata a Sisara.

a. 4:20 Y él le dijo: Quedate en la puerta de la tienda. Y si alguien viniere. Y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? tú responderás que no.

b. 4:21 Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda. Colocando un martillo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes. Y la enclavó en la tierra. Porque él sentía mucho sueño y cansancio; y así murió.

c. 4:22 Siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y vio a Sísara que yacía muerto con la estaca por la sien.

d. 4:23 Así doblegó Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.

e. 4:24 Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Capítulo 5

C. Débora canta el triunfo de libertad con Barac.

1. El pueblo de Israel salió de Egipto guiado por Dios.

a. 5:1 Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:

b. 5:2 Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel. Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo. Load a Jehová.

c. 5:3 Oigan, reyes; escuchen, oh príncipes; Yo cantaré a Jehová, cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel.

d. 5:4 Cuando saliste de Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom. La tierra tembló, y los cielos destilaron. Y las nubes gotearon aguas.

e. 5:5 Los montes temblaron delante de Jehová. Aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

2. Abandonaron a Jehová y una mujer los libertó con los valientes.

a. 5:6 En los días de Samgar hijo de Anat. En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos. Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos.

b. 5:7 Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído. Hasta que yo Débora me levanté. Me levanté como madre en Israel.

c. 5:8 Cuando escogían nuevos dioses. La guerra estaba a las puertas ¿Se veía escudo o lanza? ¿Entre cuarenta mil en Israel?

d. 5:9 Mi corazón es para ustedes, jefes de Israel. Para los que voluntariamente te ofreciste entre el pueblo. Load a Jehová.

e. 5:10 Ustedes los que cabalgan en asnas blancas. Los que presiden en juicio. Y ustedes los que viajan, hablen.

f. 5:11 Lejos del ruido de los arqueros, en los estanques. Allí repetirán los triunfos de Jehová. Los triunfos de sus aldeas en Israel. En aquel tiempo marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová.

g. 5:12 Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta, entona una canción. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.

h. 5:13 En aquel tiempo marchó el resto de los nobles. El pueblo de Jehová marchó por él, en contra de los poderosos.

i. 5:14 De Efraín vinieron los radicados en Amalec. En pos de ti, Benjamín, entre tus pueblos. De Maquir descendieron príncipes. Y de Zabulón los que mandaban.

3. El pueblo atrapado en los pensamientos del corazón.

a. 5:15 También caudillos de Isacar fueron con Débora. Y como Barac, también Isacar. Se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén. Hubo grandes resoluciones del corazón.

b. 5:16 ¿Por qué te quedaste entre los rediles? ¿Para oír los bramidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén. Hubo grandes propósitos del corazón.

c. 5:17 Galaad se quedó al otro lado del Jordán. Y Dan, ¿por qué se quedó junto a las naves? Se mantuvo Aser a la ribera del mar. Y se quedó en sus puertos.

4. Dios gobernó y libertó a Israel con sus valientes.

a. 5:18 El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte. Y Neftalí en las alturas del campo.

b. 5:19 Vinieron reyes y pelearon. En ese momento, pelearon los reyes de Canaán. En Taanac, junto a las aguas de Meguido. Pero no llevaron alguna ganancia de dinero.

c. 5:20 Desde los cielos pelearon las estrellas. Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.

d. 5:21 Los barrió el torrente de Cisón. El antiguo torrente, el torrente de Cisón. Marcha, oh alma mía, con poder.

e. 5:22 En ese tiempo, resonaron los cascos de los caballos. Por el galopar, por el galopar de sus valientes.

5. Bendita Jael entre todas las mujeres.

a. 5:23 Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová. Maldecid severamente a sus moradores. Porque no vinieron al socorro de Jehová. Al socorro de Jehová contra los fuertes.

b. 5:24 Bendita sea entre las mujeres Jael, Mujer de Heber ceneo. Sobre las mujeres bendita sea en la tienda.

c. 5:25 El pidió agua, y ella le dio leche. En tazón de nobles le presentó crema.

d. 5:26 Tendió su mano a la estaca. Y su diestra al mazo de trabajadores. Y golpeó a Sísara; hirió su cabeza. Y lo agujeró, y atravesó sus sienes.

e. 5:27 Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido. Entre sus pies cayó encorvado; Donde se encorvó, allí cayó muerto.

f. 5:28 La madre de Sísara se asoma a la ventana. Y por entre las celosías a voces dice: ¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen?

g. 5:29 Las más avisadas de sus damas le respondían. Y aun ella se respondía a sí misma:

h. 5:30 Han hallado botín, y lo están repartiendo. A cada uno, una doncella, o dos. Las vestiduras de colores para Sísara. Las vestiduras bordadas de colores. La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que recogieron el botín.

i. 5:31 Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová. Pero los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.

Capítulo 6

D. Gedeón juez de Israel.

1. Madián oprime a Israel, 7 años.

a. 6:1 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años.

b. 6:2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados.

c. 6:3 Porque sucedía que cuando Israel sembraba, los atacaban los madianitas, amalecitas y los hijos del oriente.

d. 6:4 Y acampando contra ellos, destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza. Y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.

e. 6:5 Porque subían ellos y sus ganados. Venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables. Así venían a la tierra para devastarla.

2. Dios les envía un profeta a Israel y los exhorta.  

a. 6:6 De este modo empobrecía Israel demasiado, por causa de Madián. Y los hijos de Israel clamaron a Jehová.

b. 6:7 Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas.

c. 6:8 Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo los hice salir de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre.

d. 6:9 Los libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que los afligieron. A los cuales eché de delante de ustedes, y les di su tierra.

e. 6:10 Y les dije: Yo soy Jehová su Dios; no teman a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitás. Pero no han obedecido a mi voz.

3. Llamado de Gedeón hijo de Joás de Manasés.

a. 6:11 Vino el Ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar. Para esconderlo de los madianitas.

b. 6:12 Y el Ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

c. 6:13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado. Y nos ha entregado en mano de los madianitas.

d. 6:14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No soy yo que te envío?

3.1. Gedeón se siente incapaz y pide señal a Dios.

a. 6:15 En ese momento le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? Porque mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.

b. 6:16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

c. 6:17 Y él respondió: Yo te ruego que, si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.

d. 6:18 Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que yo vuelva, saque mi ofrenda y la coloque delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

e. 6:19 Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un Efa de harina. Colocó la carne en un canastillo, y el caldo en una olla. Y sacándolo se lo presentó, debajo de aquella encina.

f. 6:20 En ese tiempo, el Ángel de Dios le dijo: Agarra la carne y los panes sin levadura. Y colócalo sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

g. 6:21 Y extendiendo el Ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el Ángel de Jehová desapareció de su vista.

3.2. Dios le da fuerza a Gedeón y le ordena destruir a Baal.

a. 6:22 Viendo efectivamente Gedeón que era el Ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, he visto al Ángel de Jehová cara a cara.

b. 6:23 Pero Jehová le dijo: Paz para ti; no tengas temor, no morirás.

c. 6:24 Y edificó allí Gedeón un altar a Jehová, lo llamó Jehová-shalom. Y este permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.

d. 6:25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Agarra un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años. Y derriba el altar de Baal que tu padre tiene. Y corta también la imagen de Asera que está junto a él;

e. 6:26 Y edifica altar a Jehová tu Dios, en la cumbre de este peñasco en un lugar apropiado. Agarra el segundo toro, sacrifícalo en holocausto, con la madera de la imagen de Asera, que habrás cortado.

3.3. Gedeón destruye el altar de Baal

a. 6:27 Luego Gedeón selecciono diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Pero temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.

b. 6:28 Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, efectivamente el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él. Y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre la edificación del altar.

3.4. La ciudad quiere matar a Gedeón.

a. 6:29 Diciéndose unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Bancando e indagando, les dijeron: Lo ha hecho Gedeón hijo de Joás. En ese tiempo, los hombres de la ciudad dijeron a Joás:

b. 6:30 Saca a tu hijo. Para que muera. Porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él.

c. 6:31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Se atreven ustedes a contender por Baal? ¿Defenderás su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, que contienda el mismo con el que derribó su altar.

3.4. Jehová unge a Gedeón con su Espíritu.

. 6:32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

6:33 Pero todos los madianitas y amalecitas. Y los del oriente se reunieron todos juntos. Y pasando acamparon en el valle de Jezreel.

6:34 En ese mismo momento, el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

6:35 Envió mensajeros por todo Manasés. Y ellos también se juntaron con él. Así mismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.

3.5. Gedeón coloca la señal del vellón.

a. 6:36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho.

b. 6:37 En este momento, yo colocaré un vellón de lana en el campo; y si el rocío solo estuviere en el vellón, quedando seca toda la otra tierra. Siendo así, comprenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.

c. 6:38 Aconteció así mismo, cuando se levantó en la mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.

d. 6:39 Pero Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún esta vez te lo pido; otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco. Y el rocío este sobre la tierra.

e. 6:40 Y aquella noche Dios lo hizo así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.

Capítulo 7

E. Gedeón juez y libertador de Israel.

1. Los trescientos hombres seleccionados con Gedeón.

a. 7:1 Levantándose, en la mañana Jerobaal, es decir; Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él. Acamparon junto a la fuente de Harod; quedando el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.

b. 7:2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho. Para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

c. 7:3 Inmediatamente, avisa que lo oiga del pueblo, diciendo: Quien tema, se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil. y quedaron diez mil.

d. 7:4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo. Llévalos a las aguas, y allí te los probaré, del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo. Pero cualquiera que yo te diga: Este no va contigo, el tal no irá.

e. 7:5 En ese momento, llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua, como lame el perro, a aquél lo separas aparte. Asimismo, a cualquiera que se doble sobre sus rodillas para beber con su mano.

f. 7:6 Y el total de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, fueron trescientos hombres.  Y el resto del pueblo bebió las aguas lamiendo con la lengua, como el perro.

g. 7:7 En efecto Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua con sus manos los salvaré. Y entregaré a los madianitas en tus manos. Y váyase toda la demás gente, cada uno a su lugar.

1.1. Gedeón sale con los trecientos hombres a combatir.

a. 7:8 Y habiendo recogido provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda. Y mantuvo a aquellos trescientos hombres. Y estaba abajo en el valle el campamento de Madián.

b. 7:9 Aconteció aquella noche que Jehová le dijo: marcha, y ve al campamento. Porque yo lo he entregado en tus manos.

c. 7:10 Y si tienes temor de ir, baja tú con Fura tu criado al campamento,

d. 7:11 Y oirás lo que hablan. enseguida tus manos se esforzarán, y bajaras al campamento. Y él fue con Fura su criado, hasta los puestos avanzados de la gente armada, que estaba en el campamento.

e. 7:12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud. Y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud.

f. 7:13 Cuando llegó Gedeón, en ese momento, un hombre estaba contándole a su compañero un sueño, diciendo: Mira yo soñé un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Y llegó a la tienda. Y la golpeó de tal manera que cayó. Y la trastornó de arriba abajo. Y la tienda cayó.

g. 7:14 Y su compañero respondió diciendo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas, con todo el campamento.

2. Gedeón se arma de valor y sale a derrotar a los madianitas.

a. 7:15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. Y volviendo al campamento de Israel, dijo: Alístense, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.

b. 7:16 Y separándose los trescientos hombres en tres escuadrones, les dio a todos ellos en sus manos trompetas, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros.

c. 7:17 Y les dijo: Miradme a mí, y hagan como hago yo; enseguida cuando yo llegue al extremo del campamento, hagan ustedes igual que yo.

d. 7:18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y ustedes tocarán en ese momento, las trompetas alrededor de todo el campamento, y diras: ¡Por Jehová y por Gedeón!

Gedeón derrota a los madianitas.

3. Gedeón combate a los madianitas.

a. 7:19 Después llegaron Gedeón y los cien hombres que venían con él, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche. Cuando acababan de cambiar la guardia de los centinelas. Tocaron las trompetas. Y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.

b. 7:20 Los tres escuadrones tocaron las trompetas, quebrando los cántaros. Cargando en la mano izquierda las teas y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!

c. 7:21 Se mantuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento. En ese momento todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.

d. 7:22 Y los trescientos tocaban las trompetas. Y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.

e. 7:23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.

f. 7:24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Desciendan al encuentro de los madianitas, y posesiónense de los vados de Bet-bara. Y del Jordán antes que ellos lleguen. Juntos todos los hombres de Efraín, conquistaron los vados de Bet-bara y del Jordán.

g. 7:25 Y capturaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb. Y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón, al otro lado del Jordán.

Capítulo 8

F. Gedeón va a combatir a Zeba y Zalmuna.

1. Efraín se queja porque no lo llama a la guerra.

a. 8:1 Pero los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reprendieron fuertemente.

b. 8:2 A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con ustedes? ¿No es la caleta de Efraín, mejor que la venta de Abiezer?

c. 8:3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con ustedes? En ese momento, el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.

d. 8:4 Vino Gedeón al Jordán, y pasó él. Y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo.

2. Israel se niega a dar pan al ejército de Gedeón.

a. 8:5 Y dijo a los de Sucot: Yo les ruego que des a la gente que me sigue, algunos bocados de pan; porque están cansados. Yo persigo a Zeba y Zalmuna, reyes de Madián.

b. 8:6 Y los principales de Sucot respondieron: ¿Están ya Zeba y Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?

c. 8:7 Y Gedeón dijo: Cuando Jehová haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna. Yo trillaré su carne con espinos y abrojos del desierto.

d. 8:8 De allí subió a Peniel, y les dijo las mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían respondido los de Sucot.

e. 8:9 Y él habló también a los de Peniel, diciendo: Cuando yo vuelva en paz, derribaré esta torre.

3. Gedeón derrota a Zeba y Zalmuna.

a. 8:10 Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército, como de quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente. Ya que habían caído ciento veinte mil hombres, que peleaban con espada.

b. 8:11 Subiendo, por tanto, Gedeón por el camino de los que habitaban en tiendas al oriente de Noba y de Jogbeha, atacó el campamento, porque el ejército no estaba en guardia.

c. 8:12 Huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió. Capturando a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y todo el ejército se sofocó de espantó.

d. 8:13 En este tiempo, Gedeón hijo de Joás volvió de la batalla, antes que el sol se ocultase.  

4. Gedeón mata a los hombres de la ciudad de Sucot.

a. 8:14 Y llamó a un joven de los hombres de Sucot, y le preguntó. Y él, le dio por escrito los nombres de los principales. Y de los ancianos de Sucot. Setenta y siete varones.

b. 8:15 Y entrando a los hombres de Sucot, dijo: Aquí están Zeba y Zalmuna, acerca de los cuales me zaheriste, diciendo: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna? ¿Para que nosotros demos pan a tus hombres cansados?

c. 8:16 Sujetando a los ancianos de la ciudad, con espinos y abrojos del desierto, con ellos castigó a los de Sucot.

d. 8:17 Asimismo derribó la torre de Peniel, y mató a los de la ciudad.

5. Gedeón mata Zeba y a Zalmuna reyes medianitas.

a. 8:18 Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué aspecto tenían aquellos hombres que mataste en Tabor? Y ellos respondieron: Como tú, así eran ellos; cada uno parecía hijo de rey.

b. 8:19 Y él dijo: Mis hermanos eran, hijos de mi madre. ¡Vive Jehová, que, si les hubieras conservado la vida, yo no los mataría!

c. 8:20 Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Pero el joven no desenvainó su espada. Puesto que tenía temor, porque era aún muchacho.

d. 8:21 Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.

6. Israel se prostituye con el efod que hace Gedeón.

a. 8:22 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, tu hijo, y tu nieto; ya que nos has librado de mano de Madián.

b. 8:23 Pero Gedeón respondió: No seré señor sobre ustedes, ni mi hijo los señoreará: Jehová señoreará sobre ustedes.

c. 8:24 Les dijo Gedeón: Quiero haceles una petición; que cada uno me dé los zarcillos de su botín. (Porque traían zarcillos de oro. Eran ismaelitas).

d. 8:25 Ellos respondieron: De buena gana te los daremos. Y tendiendo un manto, echó allí cada uno los zarcillos de su botín.

e. 8:26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió, fue mil setecientos siclos de oro, sin las planchas y joyeles. Y vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián. Y sin los collares que traían sus camellos al cuello.

f. 8:27 Y Gedeón hizo un efod de ellos, y lo envió a guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar. Fue tropezadero a Gedeón y a su casa.

g. 8:28 Así fue subyugado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.

7. Gedeón muere y vuelve Israel a los bales.

a. 8:29 Luego Jerobaal hijo de Joás se fue y habitó en su casa.

b. 8:30 Y tuvo Gedeón setenta hijos, que constituyeron su descendencia. Porque tuvo muchas mujeres.

c. 8:31 También su concubina que estaba en Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec.

d. 8:32 Y murió Gedeón hijo de Joás siendo muy viejo. Y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.

e. 8:33 Pero aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse, yendo tras los baales. Y escogieron por dios a Baal-berit.

f. 8:34 Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos en derredor;

g. 8:35 Ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.

Capítulo 9

G. Abimelec conspira para ser juez de Israel.

1. Abimelec mata a 70 de sus hermanos hijos de Gedeón.

a. 9:1 Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre, y habló con ellos. Y con toda la familia de la casa del padre de su madre, diciendo:

b. 9:2 Yo les ruego que le digas y oigan todos los de Siquem: ¿Qué les parece mejor, que los gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que los gobierne un solo hombre? Acuérdense que yo soy hueso y carne de ustedes.

c. 9:3 Y hablaron por él los hermanos de su madre en oídos de todos los de Siquem, todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec. Porque decían: Es nuestro hermano.

d. 9:4 Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron.

f. 9:5 Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra. Pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió.

g. 9:6 En esa época, se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo. Para elegir a Abimelec por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem.

2. Parábola de Joram único hijo de Gedeón que queda vivo.

a. 9:7 Cuando se lo dijeron a Jotam, se fue y se ubicó en la cumbre del monte de Gerizim. Y alzando su voz clamó. Y les dijo: Óiganme, varones de Siquem, y así los oiga Dios.

b. 9:8 Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre ellos, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros.

c. 9:9 Pero el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres? ¿Para ir a ser grande sobre los árboles?

d. 9:10 Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros.

e. 9:11 Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto? ¿Para ir a ser grande sobre los árboles?

f. 9:12 Dijeron luego los árboles a la vid: Ven tú, reina sobre nosotros.

g. 9:13 Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres? Para ir a ser grande sobre los árboles?

h. 9:14 Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros.

I. 9:15 Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me eliges por rey sobre ustedes, vengan, a abrigarse bajo de mi sombra. Si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.

2.1. Joram les exhorta sobre Abimelec como rey.

a. 9:16-17 Con todo esto, si con verdad y con integridad han procedido en hacer rey a Abimelec. Y si han actuado bien con Jerobaal. Y con su casa. Y si le han pagado conforme a la obra de sus manos. Porque, mi padre peleó por ustedes, y expuso su vida al peligro. Para libraros de mano de Madián.

b. 9:18 Y ustedes se han levantado hoy, contra la casa de mi padre. Y han matado a sus hijos, setenta varones sobre una misma piedra. Y han colocado por rey a Abimelec. Sobre los de Siquem hijo de su concubina, su criada. Por cuanto es su hermano.

c. 9:19 Si con verdad y con integridad, han procedido hoy. Con Jerobaal, y con su casa. Por tanto, gocen de Abimelec, y él goce de ustedes.

d. 9:20 Pero si no es así, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo. También fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.

e. 9:21 Escapó Jotam y huyó. Y se fue a Beer. Y allí estuvo, por miedo de Abimelec su hermano.

3. Los de Siquem se levanta contra Abimelec.

a. 9:22 Después que Abimelec domina sobre Israel tres años.

b. 9:23 Envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y los hombres de Siquem. Y los de Siquem se levantaron contra Abimelec.

c. 9:24 Para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal. Y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que los mató. Y sobre los hombres de Siquem, que fortalecieron las manos de él, para matar a sus hermanos.

d. 9:25 Los de Siquem colocaron en las cumbres de los montes asechadores, que robaban a todos los que pasaban junto a ellos, por el camino. Y le avisaron a Abimelec sobre el asunto.

4. Siquem coloca su confianza en Gaal hijo de Ebed.

a. 9:26 Gaal hijo de Ebed vino con sus hermanos y se pasaron a Siquem. Y los de Siquem colocaron en él su confianza.

b. 9:27 Y saliendo al campo, vendieron sus viñedos. Y pisaron la uva e hicieron fiesta. Entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron. Y maldijeron a Abimelec.

c. 9:28 Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem? ¿Para que nosotros le sirvamos? ¿No es hijo de Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Sirvan los varones de Hamor padre de Siquem. Pero ¿por qué nosotros le hemos de servir a él?

d. 9:29 Ojalá estuviera este pueblo bajo mi mano. Luego yo destruiria a Abimelec, con tus ejércitos, y le daría sal.

e. 9:30 Cuando Zebul gobernador de la ciudad oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se molestó con ira.

f. 9:31 Y secretamente envió mensajeros a Abimelec, diciendo: En este momento, Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem. Y están sublevando la ciudad contra ti.

g. 9:32 Alistate, de inmediato en la noche, tú y el pueblo que está contigo. Y coloca emboscada en el campo.

h. 9:33 Y madruga por la mañana al salir el sol. Y llega a la ciudad. Cuando él y el pueblo que está con él, salgan contra ti, tú harás con él según se presente la ocasión.

i. 9:34 Saliendo enseguida de noche Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, colocaron emboscada contra Siquem, con cuatro compañías.

5. Gaal hijo de Ebed se enfrenta a Abimelec.

a. 9:35 Y Gaal hijo de Ebed salió, y se colocá a la entrada de la puerta de la ciudad. Abimelec y todo el pueblo que con él estaba, se levantaron de la emboscada.

b. 9:36 Y viendo Gaal al pueblo, dijo a Zebul: He allí gente que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le respondió: Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres.

c. 9:37 Volvió Gaal a hablar, y dijo: He allí gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa viene por el camino de la encina de los adivinos.

d. 9:38 Y Zebul le respondió: ¿Dónde está ahora tu boca con que decías: ¿Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es este el pueblo que tenías en poco? Sal de inmediato, y pelea con él.

e. 9:39 Y Gaal salió delante de los de Siquem, y peleó contra Abimelec.

f. 9:40 Pero lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó delante de él. Y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta.

g. 9:41 Y Abimelec se quedó en Aruma. Zebul echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para que no morasen en Siquem.

6. Abimelec destruye y asesina a los de Siquem.

a. 9:42 Aconteció el día siguiente, que el pueblo salió al campo. Y avisaron a Abimelec,

b. 9:43 El cual, seleccionando a la gente, la repartió en tres compañías, colocando emboscadas en el campo. Cuando miró, enseguida el pueblo estaba saliendo de la ciudad. Y saliendo contra ellos, los atacó.

c. 9:44 Porque Abimelec y la compañía que estaba con él, se arremetieron con ímpetu. Y se detuvieron a la entrada de la puerta de la ciudad. Y las otras dos compañías se arremetieron a todos los que estaban en el campo, y los mataron.

d. 9:45 Y Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, y capturó la ciudad, matando al pueblo que estaba en ella. Asolando la ciudad, la sembró de sal.

e. 9:46 Cuando oyeron esto todos los que estaban en la torre de Siquem. Se reuniron en la fortaleza del templo del dios Berit.

f. 9:47 Y avisaron a Abimelec, que estaban reunidos todos los hombres de la torre de Siquem.

g. 9:48 En ese momento, Abimelec subió al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba. Y agarró Abimelec un hacha en su mano. Y cortó una rama de los árboles. Y levantándola se la colocó sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me han visto hacer, apresúrense a hacerlo como yo.

h. 9:49 Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama, siguiendo a Abimelec. Y las colocaron junto a la fortaleza. Y encendieron fuego con ellas, a la fortaleza, de modo que todos los de la torre de Siquem murieron. Como unos mil hombres y mujeres.

i. 9:50 Después Abimelec se fue a Tebes, y puso sitio a Tebes, y la capturó.

7. Abimelec y Siquem destruidos como Jotam predijo.

a. Jue 9:51 En medio de aquella ciudad de Tebes, había una torre fortificada, a la cual se fueron todos los hombres y las mujeres. Y todos los señores de la ciudad. Cerrando las puertas, se subieron al techo de la torre.

b. 9:52 Vino Abimelec a la torre, combatiéndola, llegando hasta la puerta de la torre, para incendiarla en fuego.

c. 9:53 Pero una mujer con un pedazo de una rueda de molino, la dejo caer sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo.

d. 9:54 En este momento llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame. Para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó. Y murió.

e. 9:55 Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron cada uno a su casa.

f. 9:56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.

g. 9:57 Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre sus cabezas. Y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.

Capítulo 10

III. Israel es oprimida por seguir y servir a los bales.

A. Jueces de Israel después de Gedeón, Tola y Jair.

1. Tola jueces de Israel.

a. 10:1 Después de Abimelec, se levantó para librar a Israel Tola hijo de Fúa, hijo de Dodo, varón de Isacar, el cual habitaba en Samir en el monte de Efraín.

b. 10:2 Y juzgó a Israel veintitrés años. Y murió. Y fue sepultado en Samir.

2. Jair jueces de Israel.

c. 10:3 Tras él se levantó Jair galaadita, el cual juzgó a Israel veintidós años.

d. 10:4 Este tuvo treinta hijos, que cabalgaban sobre treinta asnos; y tenían treinta ciudades, que se llaman las ciudades de Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.

c. 10:5 Y murió Jair, y fue sepultado en Camón.

3. Los hijos de Israel son oprimidos.

a. 10:6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón, a los dioses de los filisteos; dejaron a Jehová, y no le sirvieron.

b. 10:7 Y se encendió la ira de Jehová contra Israel. Los entregó en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón.

c. 10:8 Siendo oprimidos y quebrantados los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años. A todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que está en Galaad.

d. 10:9 Los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá, contra Benjamín y la casa de Efraín. Y fue afligido Israel de gran manera.

4. Dios les advierte a Israel que él nos libertará más.

a. 10:10 En esa época, los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.

b. 10:11 Y Jehová respondió a los hijos de Israel: ¿No han sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos?

c. Jue 10:12 De los de Sidón, de Amalec y de Maón, ¿clamando a mí, y no los libré de sus manos?

d. 10:13 Pero ustedes me han dejado, y han servido a dioses ajenos. Por tanto, yo no los libraré más.

e. 10:14 Anden y clamen a los dioses que han elegido; que los libren ellos en el tiempo de su aflicción.

f. 10:15 Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca. Sólo te rogamos que nos libres en este día.

g. 10:16 Y quitaron de ellos, los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová. Y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel.

h. 10:17 En esa época, se juntaron los hijos de Amón, y acamparon en Galaad. Se juntaron asimismo los hijos de Israel, y acamparon en Mizpa.

i. 10:18 Los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién comenzará la batalla contra los hijos de Amón? Será caudillo sobre todos los que habitan en Galaad.

Capítulo 11.

VI. Últimos jueces de Israel.

A. Juez de Israel a los 300 años de la salida del desierto.

1. Jefté Galaadita en tiempo de guerra de Moab y Amón.

a. 11:1 Jefté galaadita era esforzado y valeroso. Era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad.

b. 11:2 Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre. Porque eres hijo de otra mujer.

c. 11:3 Huyó, en aquel momento, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob. Y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

d. 11:4 Aconteció transcurriendo el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.

2.  Los ancianos de Galaad elige a Jefté por su caudillo y jefe.

a. 11:5 Cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad buscan a Jefté de la tierra de Tob.

b. 11:6 Dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón.

c. 11:7 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecieron ustedes, y me echaste de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, vienen ahora a mí, cuando están en aflicción?

d. 11:8 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa venimos ahora a ti. Para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón. Y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad.

e. 11:9 Jefté en aquel momento dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacen volver para que pelee contra los hijos de Amón. Y Jehová los entrega delante de mí, ¿seré yo su caudillo?

f. 11:10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.

g. 11:11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad. El pueblo lo eligió por su caudillo y jefe. Y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.

3. Jefte indica ellos conquistaron la tierra de Moab y Amón.  

a. 11:12 Envío Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí, para hacer guerra contra mi tierra?

b. 11:13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel se apoderó de mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán. Por tal motivo, devuélvela en paz.

c. 11:14 Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los amonitas.

d. 11:15 Para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no se apoderó de la tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón.

e. 11:16 Porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades.

f. 11:17 En esa época, Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra. Pero el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab, el cual tampoco quiso. Por tanto, se quedó, Israel en Cades.

g. 11:18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab. Y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón. Y no entró en territorio de Moab. Porque Arnón es territorio de Moab.

h. 11:19 Y envió Israel mensajeros a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta llegar a mi lugar.

i. 11:20 Pero Sehón no se fio de Israel. Para darle paso por su territorio. Sino que reuniendo Sehón toda su gente, acampó en Jahaza, y peleó contra Israel.

j. 11:21 Pero Jehová Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel. Y los derrotó. Así se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país.

k. 11:22 Se apoderaron también de todo el territorio del amorreo, desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.

l. 11:23 Así que, que Jehová Dios de Israel, despojo al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿y pretendes tú apoderarte de él?

4. Jefté les indica que la tierra se la entrego Jehová.

a. 11:24 Lo que te hiciese poseer Quemo tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, que todo lo que despojo Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseemos.

b. 11:25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos?

c. 11:26 Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas. A Aroer y sus aldeas. Y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las han recobrado en ese tiempo? Num 21:25; De 1:3-5

d. 11:27 Así que, yo nada he pecado contra ti. Pero tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.

e. 11:28 Pero el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió.

5.  Jefté hace un voto a Jehová.

a. 11:29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté. Pasó por Galaad y Manasés. Y de allí pasó a Mizpa de Galaad. Y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

a. 11:30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregaras a los amonitas en mis manos,

b 11:31 Cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová. Y lo ofreceré en holocausto.

c. 11:32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón. Para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.

d. 11:33 Desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó haciéndoles un grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.

e. 11:34 En ese tiempo, volvió Jefté a Mizpa, a su casa. En ese momento su hija salía a recibirle con panderos y danzas. Y ella era su única hija; él no tenía fuera de ella hijo ni hija.

f. 11:35 Cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor. Porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.

g. 11:36 Ella enseguida le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón.

6. La hija de Jefté pide llorar su virginidad.

a. 11:37 Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.

b. 11:38 El entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

c. 11:39 Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón.

d. 11:40 Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.

Capítulo 12.

B. Jefté, Ibzán, Elón, Abdón jueces de Israel.

1. Efraín le reclaman a Jefté porque hizo guerra sin ellos.

a. 12:1 En aquella época, se reunieron los varones de Efraín, pasaron hacia el norte, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos tu casa contigo.

b. 12:2 Jefté les respondió: Yo y mi pueblo teníamos una gran contienda con los hijos de Amón. Los llamé, y no me defendisteis de su mano.

c. 12:3 Viendo, en ese momento, que no me defendías, arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón. Y Jehová me los entregó; ¿por qué, en este momento, han subido hoy contra mí. para pelear conmigo?

d. 12:4 En ese tiempo, reunió Jefté a todos los varones de Galaad, y peleó contra Efraín; y los de Galaad derrotaron a Efraín. Porque habían dicho: Ustedes son fugitivos de Efraín. Ustedes los galaaditas, en medio de Efraín y de Manasés.

e. 12:5 Y los galaaditas capturaron los vados del Jordán a los de Efraín. Aconteció que cuando decían los fugitivos de Efraín: Quiero pasar, los de Galaad les preguntaban: ¿Eres tú efrateo? Si él respondía: No,

f. 12:6 En ese momento le decían: Ahora, pues, dí Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente. Entonces le echaban mano, y les degollaban junto a los vados del Jordán. Y murieron en esa época de los de Efraín cuarenta y dos mil.

g. 12.7 Y Jefté juzgó a Israel seis años; y murió Jefté galaadita. Y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad.

2. Ibzán juzga a Israel.

a. 12:8 Después de él juzgó a Israel Ibzán de Belén,

b. 12:9 El cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera. Y eligió de fuera treinta hijas para sus hijos. Y juzgó a Israel siete años.

c. 12:10 Y murió Ibzán, y fue sepultado en Belén.

3. Elón juzga a Israel.

a. 12:11 Después de él juzgó a Israel Elón zabulonita, el cual juzgó a Israel diez años.

b. 12:12 Y murió Elón zabulonita, y fue sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.

4. Abdón juzga a Israel.

a. 12:13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, piratonita.

b. 12:14 Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos. Y juzgó a Israel ocho años.

c. 12:15 Y murió Abdón hijo de Hilel piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.

Capítulo 13.

C. Sansón juez de Israel y la salva de los filisteos.

1. Dios revela el nacimiento de Sansón.

a. 13:1 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años.

b. 13:2 Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa. Su mujer era estéril y nunca había tenido hijos.

c. 13:3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, le dijo: Mira bien que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo.

d. 13:4 Ahora bien, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda.

e. 13:5 Porque concebirás y darás a luz un hijo. Y navaja no pasará sobre su cabeza. Porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento. Y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

f. 13:6 La mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.

g. 13:7 Y me dijo: En efecto que tú concebirás, y darás a luz un hijo. Por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda. Porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, hasta el día de su muerte.

1.1. Manoa pide le revelen que han de hacer con el niño.

a. 13:8 En ese momento, oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.

b. 13:9 Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo. Pero su marido Manoa no estaba con ella.

c. 13:10 La mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día.

d. 13:11 Se levantó Manoa, y siguió a su mujer. Vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy.

e. 13:12 En ese momento Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?

f. 13:13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije.

g. 13:14 No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino, ni sidra, y no comerá cosa inmunda. Guardará todo lo que le mandé.

1.2. Manoa y su mujer ven al ángel de Jehová.

a. 13:15 En aquel tiempo Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas te detengas un momento. Para prepararte un cabrito.

b. 13:16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan. Pero si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.

c. 13:17 Enseguida dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?

d. 13:18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?

e. 13:19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda. Y los ofreció sobre una peña a Jehová. El ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.

f. 13:20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.

g. 13:21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. En aquel momento conoció Manoa que era el ángel de Jehová.

h. 13:22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.

i. 13:23 Su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.

1.3. Nacimiento de Sanson. 

a. 13:24 La mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. El niño creció, y Jehová lo bendijo.

b. 13:25 El Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.

Capítulo 14

D. Sansón y una mujer filistea.

1. Sansón se enamora de una mujer filistea.

a. 14:1 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.

b. 14:2 Subió, lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos. Les ruego que me la escojas por mujer.                  

c. 14:3 Su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo? ¿Para que vayas tú a escoger mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Escójame ésta por mujer. Porque ella me agrada.

d. 14:4 Pero su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová. Porque él buscaba ocasión para ir contra los filisteos. Ya que en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.

e. 14:5 Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat. Cuando llegaron a las viñas de Timnat, enseguida vieron a un león joven que venía rugiendo hacia él.

f. 14:6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano. Y no le comunico, ni a su padre, ni a su madre, lo que había hecho.

g. 14:7 Descendió, en ese momento y habló a la mujer. Y ella se agradó de Sansón.

2. Sansón hace un banquete para la mujer filistea.

a. 14:8 Y volviendo después de algunos días para poseerla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; mirando el cuerpo del león, observo había un enjambre de abejas, y un panal de miel.

b. 14:9 Y recogiéndolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino. Cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen. Pero no les conto que había agarrado, aquella miel del cuerpo del león.

c. 14:10 Vino, por tanto, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí un banquete. Porque así solían hacer los jóvenes.

d. 14:11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, escogieron treinta compañeros para que estuviesen con él.

e. 14:12 Y Sansón les dijo: Yo les contaré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo aciertas y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta.

f. 14:13 Pero si no me lo puedes acertar. Ustedes me darán los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos.

g. 14:14 En ese momento les dijo: Del devorador salió comida. Y del fuerte salió dulzura. Y ellos no pudieron descubrir el enigma en tres días.

2.1. Los filisteos conspiran para quitarle la mujer a Sansón.

a. 14:15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma. Para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos has llamado aquí para despojarnos?

b. 14:16 Lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas. Porque no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: Puesto que, ni a mi padre, ni a mi madre lo he declarado. ¿Y te lo había de declarar a ti?

c. 14:17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete. Pero al séptimo día él se lo declaró. Porque lo presionaba. Y ella lo declaró a los hijos de su pueblo.

2.2. Los compañeros descubren a Sansón el acertijo.  

a. 14:18 Al séptimo día, antes que el sol se ocultará, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no obligas a mi novia. Nunca hubieran descubierto mi enigma.

b. 14:19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos. Agarro sus despojos, y dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma. Molesto y enojado se volvió a la casa de su padre.

c. 14:20 Y la mujer de Sansón la dieron a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.

2.3. Sansón se molesta porque dan a su mujer a su compañero.

a. 15:1 Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Pero el padre de ella no lo dejó entrar.

b. 15:2 Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Pero su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.

c. 15:3 En ese momento le dijo Sansón: Si mal les hiciere. Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos.

d. 15:4 Fue Sansón, cazó trescientas zorras, agarrando teas, juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas.

e. 15:5 Después, de encender las teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, quemándose las mieses amontonadas y sembradas. También viñas y olivares.

f. 15:6 Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo. Porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Luego los filisteos, viniendo la quemaron a ella y a su padre.

g. 15:7 En ese instante Sansón les dijo: Ya que así has hecho, juró que me vengaré de ustedes, y después los dejaré.

2.4. Sansón se venga de los filisteos que matan a su mujer.

a. 15:8 Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.

b. 15:9 En aquel tiempo los filisteos subieron y acamparon en Judá. Y se extendieron por Lehi.

c. 15:10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué has subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido. Para hacerle como él nos ha hecho.

d. 15:11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam. Y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.

e. 15:12 Ellos en ese momento le dijeron: Nosotros hemos venido para apresarte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Jurame que ustedes no me matan.

f. 15:13 Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te apresaremos, y te entregaremos en sus manos. Pero no te mataremos. En ese momento, le ataron con dos cuerdas nuevas. Y se lo llevaron de la peña.

g. 15:14 Así lo llevaron hasta Lehi. Cuando llegaron los filisteos salieron gritando a su encuentro. Pero el Espíritu de Jehová vino sobre él. Y las cuerdas que ataban sus brazos, se deshicieron como lino quemado con fuego. Y las ataduras se cayeron de sus manos.

3. Sansón mata a mil filisteos en Lehi.

a. 15:15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la agarro. Y mató con ella a mil hombres.

b. 15:16 En ese momento, Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres.

c. 15:17 Acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi.

4. Dios abre la cuenca de agua para que Sansón sacie su sed.

a. 15:18 Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?

b. 15:19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, el cual está en Lehi, hasta hoy.

c. 15:20 Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.

Capítulo 16

E. Sansón y Dalila.

1. Sansón arranca la puerta de la ciudad de Gaza.

a. 16:1 Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella.

b. 16:2 Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad. Estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta el amanecer en la mañana. En ese momento, lo mataremos.

c. 16:3 Pero Sansón durmió hasta la medianoche. Y a la medianoche se levantó. Arranco la puerta de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro. Se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.

2. Sansón se enamora de Dalila y ella lo vende.

a. 16:4 Después de esto, aconteció, que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.

b. 16:5 Vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza. Y cómo lo podríamos vencer. Para que lo atemos y lo dominemos. Y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.

c. 16:6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.

d. 16:7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén secos. En ese momento, me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres.

e. 16:8 Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban secos, y ella le ató con ellos.

f. 16:9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. En aquel momento ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos vienen contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.

g. 16:10 Enseguida Dalila dijo a Sansón: mira tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, por tanto, en este momento, te ruego, cómo podrás ser atado.

3. Dalila insiste y Sansón le muestra el secreto de su fuerza.

a. 16:11 Y él le dijo: Si me atan fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como cualquiera de los hombres.

b. 16:12 Dalila agarro cuerdas nuevas, y con ellas lo ató, le dijo: ¡Sansón, los filisteos vienen sobre ti! Y los espías estaban en el aposento. Pero él las rompió de sus brazos como un hilo.

c. 16:13 Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y me tratas con mentiras. Descúbreme, en este momento, cómo podrás ser atado. El entonces le dijo: Si tejieres siete mechones de mi cabeza con la tela y las aseguraras con la estaca.

d. 16:14 Ella las tejió y las aseguró con la estaca. Luego le dijo: ¡Sansón, los filisteos vienen sobre ti! Pero despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.

e. 16:15 Ella le dijo: ¿Cómo dices: ¿Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza.

f. 16:16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole. A tal punto de que su alma se moría de angustia.

g. 16:17 Le descubrió, por consiguiente, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza ha sido rasurada. Porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuera rasurado, mi fuerza se apartaría de mí. Y me debilitaré. Y seré como todos los hombres.

4. Los filisteos atrapan a Sansón y le sacan los ojos.

a. 16:18 Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Vengan esta vez. Porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero.

b. 16:19 Y ella lo hizo que él se durmiese sobre sus rodillas. Y llamó a un hombre, quienes le rapó las siete clinejas de su cabeza. Y ella comenzó a afligirlo. Porque su fuerza se apartó de él.

c. 16:20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos vienen sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

d. 16:21 Pero los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza. Le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.

e. 16:22 Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado.

5. Muerte de Sansón.

a. 16:23 En ese tiempo los principales de los filisteos se reunieron. Para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse. Y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.

b. 16:24 Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo. Y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.

c. 16:25 Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamen a Sansón, para que nos divierta. Llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos. Y lo pusieron entre las columnas.

d. 16:26 En ese momento Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa. Para que me apoye sobre ellas.

e. 16:27 La casa estaba llena de hombres y mujeres. Y todos los principales de los filisteos estaban allí. En el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.

f. 16:28 Y Sansón clamó a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios. Para que de una vez tome venganza de los filisteos. Por mis dos ojos.

g. 16:29 Luego, Sansón se sujetó de las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una. Y su mano izquierda sobre la otra.

h. 16:30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales. Y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.

i. 16:31 Descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre. Y lo recogieron, se lo llevaron, y lo sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.

Capítulo 17

V. Historia de Israel ante de pedir rey.

A. Macaía del monte de Efrain le roba a su Madre un dinero.

1. El dinero su madre era para hacerle una imagen tallada.

a. 17:1 Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía.

b. 17:2 El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te creías te lo hurtaron. Acerca de los cuales había maldecido al que te lo hurto. Y de los cuales me hablaste. Mira el dinero los tengo en mi poder. Yo lo agarre. En ese momento, la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío.

c. 17:3 Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre. Y su madre le dijo: En verdad he dedicado este dinero a Jehová por mi hijo. Para hacer una imagen de talla y una de fundición.

d. 17:4 Pero él devolvió el dinero a su madre. Su madre lo agarro. Y con doscientos siclos de plata, fue y los dio al fundidor. Quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía.

2. Micaias consagra sus hijos para sacerdote de sus ídolos.

a. 17:5 Este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines. Y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.

b. 17:6 En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.

3. Macaías hospeda a un Levita y lo hace su sacerdote.  

a. 17:7 Había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita, y forastero allí.

b. 17:8 Este hombre partió de la ciudad de Belén de Judá. Para ir a vivir donde pudiera encontrar un lugar. Y llegando en su camino al monte de Efraín, llego a casa de Micaía.

c. 17:9 Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde pueda encontrar lugar.

d. 17:10 En ese momento Micaía le dijo: Quédate en mi casa, serás para mí padre y sacerdote. Yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos y comida. Y el levita se quedó.

e. 17:11 Agradó, pues, al levita morar con aquel hombre, y fue para él como uno de sus hijos.

f. 17:12 Micaía consagró al levita, y aquel joven le servía de sacerdote, permaneciendo en la casa de Micaía.

g. 17:13 Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará. Porque tengo un levita por sacerdote.

Capítulo 18

B. Algunos de la tribu de Dan buscaban tierras para habitar.

1. Los danitas ven al levita y el ídolo de Micaías.

a. 18:1 En aquellos días no había rey en Israel. Sucedió que algunos de la tribu de Dan, buscaba posesión de tierra para ellos habitar. Jos 19:40-48,21:23; Jue 1:34; 2:8.

b. 18:2 De los hijos de Dan enviaron entre ellos, de su tribu a cinco hombres valientes, de Zora y Estaol, donde habitaban. Para que reconociesen y explorasen bien la tierra. Les dijeron: Vallan y reconozcan la tierra. Estos vinieron al monte de Efraín, hasta la casa de Micaía donde posaron.

c. 18:3 Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita. Llegando allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído acá? ¿y qué haces aquí? ¿y qué tienes tú por aquí? Jos 21:5.

d. 18:4 Él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha escogido para que sea su sacerdote.

e. 18:5 Y ellos le dijeron: Pregunta, en este momento, a Dios. Para que sepamos si ha de prosperar este viaje que hacemos.

f. 18:6 Y el sacerdote les respondió: Vallan en paz; delante de Jehová está su camino en que andás.

g. 18:7 En aquel tiempo, aquellos cinco hombres salieron, y vinieron a Lais. Y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de Sidón, sin que nadie en aquella región les perturbase en cosa alguna, ni había quien poseyese el reino. Estaban lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie.

2. Los danitas van y regresan con hombres armados.

a. 18:8 Volviendo, en momento, ellos a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay? Y ellos respondieron:

b. 18:9 Levántense, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la región, y hemos visto que es muy buena; ¿y ustedes no harán nada? No sean perezosos en poneros en marcha para ir a tomar posesión de la tierra.

c. 18:10 Cuando vayas, llegaras a un pueblo confiado y a una tierra muy espaciosa, pues Dios la ha entregado en sus manos; lugar donde no hay falta de alguna cosa, que haya en la tierra.

d. 18:11 En ese momento salieron de allí, de Zora y de Estaol, seiscientos hombres de la familia de Dan, armados de armas de guerra.

e. 18:12 Fueron y acamparon en Quiriat-jearim en Judá. Por lo cual llamaron a aquel lugar el campamento de Dan, hasta hoy; está al occidente de Quiriat-jearim.

f. 18:13 De allí pasaron al monte de Efraín, y vinieron hasta la casa de Micaía.

g. 18:14 En aquel tiempo aquellos cinco hombres, que habían ido a reconocer la tierra de Lais dijeron a sus hermanos: ¿No sabés que en estas casas hay efod y terafines? Y una imagen de talla. ¿Y una de fundición? Miren, por tanto, lo que han de hacer.

3. Los danitas se llevan al sacerdote y los ídolos de Micaía.

a. 18:15 Cuando llegaron allá, vinieron a la casa del joven levita, en casa de Micaía, y le preguntaron cómo estaba.

b. 18:16 Y los seiscientos hombres, que eran de los hijos de Dan, estaban armados de sus armas de guerra a la entrada de la puerta.

c. 18:17 Y subiendo los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron allá. Y agarraron la imagen de talla, el efod, los terafines. Y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta, con los seiscientos hombres armados de armas de guerra.

d. 18:18 En ese tiempo, aquéllos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de talla, el efod, los terafines y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros?

e. 18:19 Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel?

f. 18:20 Se alegró el corazón del sacerdote, el cual tomó el efod, los terafines y la imagen. Y se fue en medio del pueblo.

g. 18:21 Ellos partieron. Pusieron adelante a los niños, el ganado y el bagaje.

4. Micaía con sus vecinos salen a buscar al levita y sus ídolos.

a. 18:22 Cuando ya se habían alejado de la casa de Micaía, los hombres que habitaban en las casas cercanas a la casa de Micaía, se juntaron y siguieron a los hijos de Dan.

b. 18:23 Y gritando a los de Dan, éstos volvieron sus rostros, dijeron a Micaía: ¿Qué tienes, que has juntado gente?

c. 18:24 El respondió: Te llevaste mis dioses que yo hice y al sacerdote. Y se van; ¿qué más me queda? ¿Por qué, ahora, me dices: ¿Qué tienes?

d. 18:25 Y los hijos de Dan le dijeron: No grites tras nosotros, no sea que los de ánimo colérico los acometan, pierdas también tu vida y la vida de los tuyos.

e. 8:26 Prosiguieron los hijos de Dan su camino, y Micaía, viendo que eran más fuertes que él, volvió de regresó a su casa.

f. 18:27 Ellos, llevando las cosas que había hecho Micaía, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron a Lais, al pueblo tranquilo y confiado. Los hirieron con espada, y quemaron la ciudad.

g. 18:28 Y no hubo quien los defendiese. Porque estaban lejos de Sidón. Y no tenían negocios con nadie. Y la ciudad estaba en el valle que hay junto a Bet-rehob. Luego reedificaron la ciudad. Y habitaron en ella.

5. Los danitas hicieron de Lais una ciudad llamada Dan.

a. 18:29 Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de Dan su padre, hijo de Israel, bien que antes se llamaba la ciudad Lais.

b. 8:30 Y los hijos de Dan levantaron para ellos la imagen de talla; Jonatán hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día del cautiverio de la tierra.

c. 18:31 Así tuvieron levantada entre ellos la imagen de talla que Micaía había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.

Capítulo 19

C. Los hijos de Benjamín violan a la mujer de un levita.

1. El levita de Efraín tenía una mujer concubina de Belén.

a. 19:1 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que vivía como forastero, en la parte más remota del monte de Efraín, el cual tenía una mujer concubina de Belén de Judá.

b. 19:2 Y su concubina le fue infiel. Y se fue de él a casa de su padre. A Belén de Judá. Y estuvo allá durante cuatro meses.

c. 19:3 Su marido se fue siguiéndola, para hablarle amorosamente con ella y hacerla volver. Llevaba con él un criado, y un par de asnos. Y ella lo dejo entrar en la casa de su padre.

d. 19:4 Y viéndolo el padre de la joven, salió a recibirle gozoso. Su suegro, el padre de la joven, le pido que se quedará en su casa, estuvo tres días alojado allí, comiendo y bebiendo.

e. 19:5 Al cuarto día, cuando se levantaron de mañana, se levantó también el levita para irse. Y el padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, después se irán.

f. 19:6 Y se sentaron ellos dos juntos. Comieron y bebieron. Y el padre de la joven dijo al varón: Yo te ruego que pases aquí la noche, y mi corazón se alegrará.

g. 19:7 Y se levantó el varón para irse. Pero su suegro insistió, y volvió a pasar allí la noche.

2. El levita se va con su Mujer y van a pasa la noche en Gabaa.

a. 19:8 Al quinto día, levantándose por la mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Conforta ahora tu corazón, y aguarda hasta que decline el día. Y comieron ambos juntos.

b. 19:9 Luego se levantó el varón para irse, él, su concubina y su criado. En ese momento su suegro, el padre de la joven, le dijo: Mira ya el día termina, va anochecer, te ruego que pases aquí la noche. Puesto que el día se acaba, duerme aquí. Para que se alegre tu corazón. Y mañana se levantan temprano, se van de camino y te irás a tu casa.

c. 19:10 Pero el hombre no quiso pasar allí la noche, sino que se levantó y se fue. Llegó hasta frente de Jebús, que es Jerusalén, con su par de asnos ensillados, y su concubina.

d. 19:11 Estando ya junto a Jebús, el día había abanzado mucho. Y dijo el criado a su señor. Vámonos a esta ciudad de los jebuseos ahora. Para que pasemos en ella la noche.

f. 19:12 Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel, sino que pasaremos hasta Gabaa. 

g. 19:13 Dijo a su criado: Ven, sigamos hasta uno de esos lugares, para pasar la noche en Gabaa o en Ramá.

3. El levita se queda en Gabaa de Benjamín.

a. 19:14 Luego se fueron caminaron, y se les puso el sol junto a Gabaa que era de Benjamín.

b. 19:15 Se apartaron del camino. Para entrar a pasar allí la noche en Gabaa. Entrando, se sentaron en la plaza de la ciudad. Porque no hubo quien los recibiera en la casa de Jehová, para pasar la noche.

c. 19:16 En ese momento un hombre viejo que venía de su trabajo del campo al anochecer, el cual era del monte de Efraín, y moraba como forastero en Gabaa. Pero los moradores de aquel lugar, eran hijos de Benjamín.

d. 19:17 Y alzando el viejo los ojos, vio a aquel caminante en la plaza de la ciudad. Le dijo: ¿A dónde vas, y de dónde vienes?

e. 19:18 Y él respondió: Vamos de Belén de Judá, a la parte más remota del monte de Efraín, de donde somos. Y había ido a Belén de Judá. Pero ahora voy a la casa de Jehová. Y no hay quien me reciba en la casa.

f. 19:19 Nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, también tenemos pan y vino. Para mí, para tu sierva, y para el criado que está con tu siervo; no nos hace falta nada.

g. 19:20 Y el hombre anciano dijo: La paz sea contigo. Toda tu necesidad quede solamente a mi cargo, con tal de que no pases la noche en la plaza.

4. Los de Gaboaa de Benjamín Violan a la mujer del levita.

a. 19:21 Los trajo a su casa, dio de comer a sus asnos. Se lavaron los pies, comieron y bebieron.

b. 19:22 Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta. Y hablaron al anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa. Para que lo conozcamos.

c. 19:23 Salió a ellos el dueño de la casa y les dijo: No, hermanos míos, les ruego que no cometas este mal; ya que este hombre ha entrado en mi casa, no hagan esta maldad.

d. 19:24 Mira mi hija virgen, y la concubina de él. Yo las sacaré en este momento; humillarlas y hagan con ellas como les parezca. Pero no hagan a este hombre esta cosa tan infame.

e. 19:25 Pero aquellos hombres no quisieron oír; por lo que, agarrando aquel hombre a su concubina, la sacó; entraron en ella, abusaron de ella toda la noche, hasta la mañana. Y la dejaron cuando estaba amaneciendo.

5. Muere la mujer del levita, violada por los Benjamitas.

a. 19:26 Cuando ya amanecía, llego la mujer, cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre, donde su señor estaba, hasta que amaneció.

b. 19:27 Se levantó por la mañana su señor, y abrió las puertas de la casa. Y salió para seguir su camino. Pero la mujer, su concubina estaba tendida delante de la puerta de la casa, con las manos sobre la entrada.

c. 19:28 Él le dijo: Levántate, vámonos. Pero ella no respondió. En ese momento la levantó el varón, y echándola sobre su asno, se fue a su lugar.

5.1. Corta a su mujer en 12 partes y las envía a todas 12 tribus.

a. 19:29 Llegando a su casa, agarro un cuchillo con su mano y corto a su concubina. Por sus huesos en doce partes. Y la envió por todo el territorio de Israel.

b. 19:30 Y todo el que veía aquello, decía: Jamás se ha hecho, ni visto tal cosa, desde el tiempo en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Consideren esto, tomen consejo, y hablen. 

Capítulo 20

D. La tribu Benjamita casi exterminada por su maldad.

1. Se reúnen los israelitas y le declaran la maldad de Benjamín.

a. 20:1 Entonces salieron todos los hijos de Israel, se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa.

b. 20:2 Los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.

c. 20:3 Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Digan cómo fue esta maldad.

d. 20:4 En aquel momento, el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para pasar allí la noche.

e. 20:5 Y levantándose contra mí los de Gabaa, rodearon contra mí, la casa por la noche, con idea de matarme, y a mi concubina la humillaron de tal manera que murió.

f. 20:6 Luego recogiendo yo mi concubina, la corté en pedazos, y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel. Por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel.

g. 20:7 Pongan atención, todos ustedes son hijos de Israel. Den aquí su parecer y consejo.

2. Los israelitas sentencian a los Benjamitas de Gabaa.

a. 20:8 En ese momento, todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa.

b. 20:9 Pero esto es ahora lo que haremos a Gabaa: contra ella subiremos por sorteo.

c. 20:10 Escogeremos diez hombres de cada ciento, por todas las tribus de Israel, y ciento de cada mil. Y mil de cada diez mil, que lleven víveres para el pueblo. Para que yendo a Gabaa de Benjamín, le hagan conforme a toda la abominación que ha cometido en Israel.

d. 20:11 Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, unidos como un solo hombre.

e. 20:12 Y las tribus de Israel enviaron varones, por toda la tribu de Benjamín, diciéndoles: ¿Qué maldad es esta, que ha sido hecha entre ustedes?

f. 20:13 Entreguen, en esta hora a aquellos hombres perversos que están en Gabaa. Para que los matemos, y quitemos el mal de Israel. Pero los de Benjamín, no quisieron oír la voz de sus hermanos, los hijos de Israel,

g. 20:14 Sino que los de Benjamín se reunieron de las ciudades en Gabaa. Para salir a pelear contra los hijos de Israel.

3. Consultan a Jehová a ver quién salía primero a combatir.

a. 20:15 Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa. Fueron en total contados escogidos, setecientos hombres.

b. 20:16 De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban.

c. 20:17 Y fueron contados los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres de guerra.

d. 20:18 Luego se levantaron los hijos de Israel, subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.

e. 20:19 Se levantaron, en ese día, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa.

f. 20:20 Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín. Y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa.

g. 20:21 Saliendo en ese momento de Gabaa, los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día, veintidós mil hombres de los hijos de Israel.

4. Israel consultar a Jehová si siguen peleando contra Benjamín.

a. 20:22 Pero reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla, en el mismo lugar, donde la habían ordenado el primer día.

b. 20:23 Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Suban contra ellos.

c. 20:24 Por lo cual, se acercaron los hijos de Israel, contra los hijos de Benjamín, el segundo día.

d. 20:25 Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.

e. 20:26 En aquel tiempo subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo. Fueron a la casa de Dios; y lloraron. Se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día, hasta la noche; ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.

f. 20:27 Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová. (Porque el arca del pacto de Dios estaba allí en aquel tiempo)

g. 20:28 (Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días) Y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos? ¿Para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Suban, porque mañana yo se los entregaré.

5. Jehová derrota a Benjamín.

a. 20:29 Y colocó Israel emboscadas alrededor de Gabaa.

b. 20:30 Subiendo en aquel tiempo, los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla delante de Gabaa, como las otras veces.

c. 20:31 Y salieron los hijos de Benjamín al encuentro del pueblo, alejándose de la ciudad; y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el. Y el otro a Gabaa en el campo. Y mataron unos treinta hombres de Israel.

d. 20:32 Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son delante de nosotros, como antes. Pero los hijos de Israel decían: Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos.

e. 20:33 En ese momento se levantaron todos los de Israel de su lugar, y se colocaron en orden de batalla en Baal-tamar. También las emboscadas de Israel salieron de su lugar, de la pradera de Gabaa.

f. 20:34 Vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla era fuerte. Pero ellos no sabían que ya el desastre se acercaba a ellos.

g. 20:35 Y derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel. Mataron los hijos de Israel aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.

6. Los israelitas fueron derrotando a los Benjamitas.

a. 20:36 Y vieron los hijos de Benjamín que eran derrotados. Y los hijos de Israel cedieron campo a Benjamín. Porque estaban confiados en las emboscadas, que habían puesto detrás de Gabaa.

b. 20:37 Y los hombres de las emboscadas acometieron prontamente a Gabaa, y avanzaron e hirieron a filo de espada a toda la ciudad.

c. 20:38 Era la señal acordada entre los hombres de Israel y las emboscadas, hacían subir un gran humo en la ciudad.

d. 20:39 Luego que, los de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron a herir y matar a la gente de Israel como treinta hombres. Y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla.

e. 20:40 Pero cuando, la columna de humo comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás. Y en ese momento el humo de la ciudad subía al cielo.

f. 20:41 En ese preciso momento, se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor. Porque vieron que el desastre había venido sobre ellos.

g. 20:42 Volvieron, por tanto, la espalda delante de Israel hacia el camino del desierto. Pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos.

h. 20:43 Así cercaron a los de Benjamín, los acosaron y destruyeron desde Menúha hasta enfrente de Gabaa, hacia donde nace el sol.

B¡i. 20:44 Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra.

7. Los benjamitas huyen y se esconden en la peña de Rimón.

a. 20:45 Luego volviéndose, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos fueron abatidos cinco mil hombres en los caminos. Y fueron persiguiéndolos aun hasta Gidom. Y mataron de ellos a dos mil hombres.

b. 20:46 Fueron todos los que de Benjamín murieron aquel día, veinticinco mil hombres que peleaban a espada, todos ellos hombres de guerra.

c. 20:47 Pero se volvieron y huyeron al desierto a la peña de Rimón, seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimón, cuatro meses.

d. 20:48 Y los hombres de Israel volvieron sobre los hijos de Benjamín, y los hirieron a filo de espada, así a los hombres de cada ciudad como a las bestias. Y todo lo que fue hallado. Asimismo, pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

Capítulos 21

E. Israel busca mujeres para los benjamitas que se esconden.

1. Israel jura no dar a sus hijas a los Benjamitas.

a.      21:1 Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

b.  21:2 Y vino el pueblo a la casa de Dios. Y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios. Y alzando su voz hicieron un gran llanto, y dijeron:

c. 21:3 Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?

d. 21:4 Y al día siguiente el pueblo se levantó de mañana, edificaron allí altar, ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz.

e. 21:5 Y dijeron los hijos de Israel: ¿Quién de todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante de Jehová? Porque se había hecho gran juramento, contra el que no subiese a Jehová en Mizpa, diciendo: Sufrirá la muerte.

f. 21:6 Y los hijos de Israel se arrepintieron a causa de Benjamín su hermano, y dijeron: Cortada es hoy de Israel una tribu.

g. 21:7 ¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres.

2. Los israelitas buscan mujeres para los que se encondieron.

a.    21:8 Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento, a la reunión.

b. 21:9 Porque fue contado el pueblo, y no hubo allí varón de los moradores de Jabes-galaad.

c. 21:10 En ese momento, la congregación envió allá, a doce mil hombres de los más valientes. Y les mandaron, diciendo: Vallan y hieran a filo de espada a los moradores de Jabes-galaad. Con las mujeres y niños.

d. 21:11 Pero hagan de esta manera: mataras a todo varón. Y a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón.

e. 21:12 Y hallaron de los moradores de Jabes-galaad cuatrocientas doncellas que no habían conocido ayuntamiento de varón. Y las trajeron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.

f. 21:13 Luego, toda la congregación envió a hablar a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón, y los llamaron en paz.

g. 21:14 Y volvieron en ese momento los de Benjamín. Y les dieron por mujeres a las que habían guardado vivas de las mujeres de Jabes-galaad. Pero no les bastaron éstas. Porque eran más los hombres de benjamín.

3. El pueblo de Israel tuvo compasión de Benjamín.

a.      21:15 Y el pueblo tuvo compasión de Benjamín. Porque Jehová había abierto una brecha entre las tribus de Israel.

b. 21:16 En ese momento los ancianos de la congregación dijeron: ¿Qué haremos respecto de las mujeres para los que han quedado? Porque las mujeres de Benjamín han muerto.

c. 21:17 Dijeron: Tenga Benjamín herencia en los que han escapado, y no sea exterminada una tribu de Israel.

d. 21:18 Pero nosotros no les podemos dar mujeres de nuestras hijas. Porque los hijos de Israel han jurado diciendo: Maldito el que diere mujer a los benjamitas.

4. Los Benjamitas arrebatan a las mujeres de la fiesta de Silo.

a. 21:19 Ahora bien, dijeron, en esta fecha, cada año hay fiesta solemne de Jehová en Silo, que está al norte de Bet-el. Y al lado oriental del camino que sube de Bet-el a Siquem. Y al sur de Lebona.

b. 21:20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Vallan, coloquen emboscadas en las viñas.

c. 21:21 Estén atentos; y cuando veas salir a las hijas de Silo a bailar en círculos, salgan de las viñas. Y arrebate cada uno, una mujer, para cada uno, de las hijas de Silo, y váyanse a tierra de Benjamín.

d. 21:22 Y si vinieran los padres de ellas o sus hermanos, para demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas. Porque nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos. Además, no son ustedes los que se las distes. Dejándolas solas. Para que ahora busquen culpables.

e. 21:23 Y los hijos de Benjamín lo hicieron así. Y escogiendo mujeres conforme a la cantidad de ellos, robándolas de entre las que danzaban. Se fueron, y volvieron a su heredad. Y reedificaron las ciudades. Y habitaron en ellas.

f. 21:24 En ese tiempo los hijos de Israel también se fueron de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad.

g. 21:25 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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