Biblia

Introducción a la Biblia

Deutoronomio

 


Capítulo 1

I. Israel estuvo 40 años en el desierto de Horeb a Moab.

A. Se anuncia la ley a la nueva generación en Moab.

1. Salieron de Horeb y llegaron a Moab.

a. 1:1 Moisés habló al pueblo, en un lugar situado en este lado del Jordán en el desierto. El lugar estaba ubicado en Arabá, frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.

b. 1:2 Ubicado a una distancia de 11 días, desde Horeb, camino al monte de Seir, hasta Cades-Barnea.

2. Salen de Egipto y permanecen 40 años en el desierto.

a. 1:3 Después que salen de Egipto. El pueblo de Israel estuvo 40 años en el desierto. Sucedió que, en el día, del primero del mes undécimo. Moisés les habló a los hijos de Israel, confirmando todas las palabras que Jehová, les había ordenado a ellos.

3. Decide anunciar la ley a esta nueva generación en Moab.

a. 1:4 Después de derrotar: a Sehón rey de los amorreos, habitantes de Hesbón, y Og rey de Basán, habitantes de Astarot en Edrei.

b. 1:5 En la tierra de Moab, de este lado del Jordán, resolvió Moisés anunciarle la ley, a esta nueva generación.

B. Dios les da la orden de poseer la tierra en Horeb.

1. Primero Dios nos ordena poseer la tierra prometida.

a. 1:6 Moisés comienza hablándoles. Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb diciendo: han estado bastante tiempo en este monte.

b. 1:7 Vallan al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev. Y junto a la costa del Mar, a la tierra del cananeo. Y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.

c. 1:8 Miren. Yo les he entregado la tierra. Entren y posean la tierra, que Jehová les aseguró a sus padres, Abraham, Isaac y Jacob. Que se las daría a ellos y a sus descendencias después de ellos.

2. Moisés les explica que el solo no podía llevar la carga.

a. 1:9 Anteriormente les había hablado, que yo no podría solo, llevarlos a poseer la tierra.

b. 1:10 Jehová los ha multiplicado, y hoy son ustedes como las estrellas del cielo en multitud.

c. 1:11 Jehová Dios de sus padres, los siga multiplicando mil veces más y los bendiga como él ha prometido.

3. Moisés constituye jefes y gobernadores de las tribus.

a. 1:12 Me pregunté ¿Cómo llevaré yo solo todas sus molestias, cargas y pleitos?

b. 1:13 Escojan y tráiganme de ustedes, para colocarlos como jefes de ustedes, a varones sabios, entendidos y expertos. 

c. 1:14 Ustedes me habían dicho que era buena idea, colocar jefe entre las tribus.

d. 1:15 Les escogí a los príncipes de sus tribus. Varones sabios y expertos. Les encargué a ser jefes y gobernadores, de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, de sus tribus.

e. 1:16 Mande a sus jueces, que oigan, juzguen entre el hombre, su hermano, y extranjeros.

f. 1:17 Igual les mande, no hiciesen distinción de personas en el juicio. Sin distinción entre pequeños y grandes, oirás a todos, sin temer a ninguno. Porque el juicio es de Dios. Si alguna causa fuese difícil, podrían traela ante mí. Y yo lo oiré.

g. 1:18 Así aquella vez, les mande, todo lo que ustedes deben hacer.

4. Desalientan a Israel para no poseer la tierra.

a. 1:19 Salimos de Horeb, recorrimos todo ese grande y terrible desierto, que ustedes vieron. Por el camino del monte del amorreo hasta Cades-Barnea, como nos mandó Dios.

b. 1:20 Les dije: hemos llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

c. 1:21 Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra. Vallan y tomen posesión de ella. Como Jehová Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.

d. 1.22 Todos ustedes, vinieron y me pidieron, enviar varones para reconocer la tierra. De esta forma, así poder saber el camino por donde iremos y vean las ciudades donde llegaremos.

e. 1:23 Me pareció bien esto, y escogí a 12 varones entre ustedes, uno por cada tribu.

5. Los espías desalientan al pueblo y el pueblo murmuro.

a. 1:24 Se fueron y subieron al monte, llegaron hasta el valle Escol, y recorrieron la tierra.

b. 1:25 Recogieron frutos del país, lo trajeron, y nos contaron, diciéndonos: la tierra es buena. La que Jehová nuestro Dios nos da.

c. 1:26 Sin embargo, no quisiste subir, sino fuiste rebeldes al mandato de nuestro Dios.

d. 1:27 Murmuraron estando en su carpa, diciendo: Porque Jehová nos aborrece. Nos sacó, de la tierra de Egipto. Para entregarnos en manos del amorreo. Para destruirnos.

e. 1:28 ¿Cómo iremos? Si nos han atemorizado. Porque dijeron son muchos. Ellos son más altos que nosotros. Las ciudades son grandes y amuralladas hasta el cielo. Allí vimos a los hijos de Anac. Núm. 32:9.

6. Moisés le habla y los alienta a poseer la tierra.

a. 1:29 Les dije: que no teman, ni tengan miedo de ellos.

b. 1:30 Porque, Jehová su Dios, va delante de ustedes, él peleará por ustedes, así como hizo en Egipto, delante de ustedes.

c. 1:31 Ustedes han visto como él, Jehová su Dios les dirige, ¡como un hombre trae a su hijo! Por todo este camino que has pasado, hasta este lugar.

d. 1:32 Con todo esto, ustedes no le han creído a Jehová su Dios.

e. 1:33 Él iba delante guiándonos, por todo el camino. Para llevarnos a el lugar donde íbanos a acampar. Con fuego de noche. Para mostrarnos el camino por donde íbamos. También nos guio, con nube de día. 

7. Jehová les advierte que esta generación, no verá la tierra.

a. 1:34 Jehová oyó la voz de sus palabras, y se enojó.

b. 1:35 Juro diciendo: Esta mala generación no verá la tierra, que les jure dar a sus padres.

8. Solo Josué y Caleb verán la tierra y se las repartirán.

a. 1:36 Excepto Caleb hijo de Jefone.  Él la verá, y él dará la tierra que pisó, a sus hijos; por haber fielmente seguido a Jehová.

9. Dios se enojó contra Moisés y le pide animar a Josué.

a. 1:37 También, por ustedes, contra mí, se enojó Jehová y me dijo: tú tampoco entrarás en esta tierra.

b. 1:38 Anima a Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él les entregará la tierra en herencia.

10. Jehová les dice que sus hijos heredaran la tierra.

a. 1:39 Sus hijos heredaran la tierra, aquellos que ustedes dijeron que servirían de botín. Ellos que no saben ni el bien y el mal, ellos heredaran la tierra que yo les daré.

b. 1:40 Pero ustedes se volverán al desierto, por el camino del Mar Rojo.

11. Dios no estaba con ellos por no obedecer y son derrotados.

a. 1:41 Moisés les dice que ellos respondieron diciendo: hemos pecado, nos armaremos, iremos y pelearemos.

b. 1:42 Pero Dios le dijo: que no fueran. Porque no estoy con ellos, y serán derrotados.

c. 1:43 Pero ustedes persistieron, con altivez, y rebeldía al mandato de Jehová. Y subieron al monte.

d. 1:44 Y salió el amorreo, que habitaba en aquel monte. Y los persiguieron derrotándolos.

e. 1:45 Volvieron y lloraron delante de Dios. Pero no los escuchó, ni les prestó atención.

12. Por mucho tiempo permanecen en Cades.

f. Estuvieron en Cades, por mucho tiempo. 1:46

Capítulo 2

C. Dios les vuelve a ordenar a poseer la tierra y los alienta.

1. Ordena irse al Monte de Seir pero sin molestar a Esaú. 

a. 2:1 Pasaron mucho tiempo en el desierto, camino del Mar rojo. Como Dios había dicho, rodeando al Monte de Seir.

b. 2:2 Dios les habló.

c. 2:3 Les dijo: Ya has rodeado este monte bastante tiempo, vete al norte.

d. 2:4 Di le al pueblo, pasen por el territorio de sus hermanos los hijos de Esaú. Ellos tendrán miedo de ustedes. Pero guárdense mucho de ellos.

e. 2:5 Sin meterse con ellos. Porque no les daré la tierra, que les di a ellos, el monte de Seir.

f. 2:6 Le comprarán con dinero a ellos, alimentos y agua. Coman y beban.

g. 2:7 Así que Jehová tu Dios, te ha bendecido con toda la obra de tus manos. Él sabe lo que necesitás en este desierto y está contigo. Nada te ha faltado en estos 40 años.            

2. Jehová les da el ejemplo de Moab y Edom.

a. 2:8 Nos alejamos de las tierras de los hijos de Esaú nuestro hermano, que habitaban en Seir. Por el camino del Arabá, desde Elat y Ezión Guéber. Nos volvimos y pasamos por el camino del desierto de Moab

b. 2:9 En ese tiempo, Jehová me dijo: No molesten a Moab, ni le hagas guerra. Porque no les daré su posesión. Porque se las di a Ar por heredad, a los hijos de Lot.

c. 2:10-11 Los hijos de Esaú conquistaron la tierra de los emitas y los horeos. A pesar de ser un pueblo grande y numeroso. Y alto como los hijos de Anac. También los emitas eran tenidos por gigantes, como los hijos de Anac. Antes de Edom, los emitas fueron derrotados por los moabitas. Pero Edom los destruyó y poseyó su tierra, la de Seir. Gen 14:5-6.

d. 2:12 Edom habitó la tierra de Seir, después de destruirlos. Eso que eran altos y gigantes, así deberían hacer ustedes, con la tierra que les doy. Gen 36:8

3. La generación de hombres de guerra murió en el desierto.

a. 2:13 Nos dijo: Váyanse y pasen el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

b. 2:14 Pasaron 38 años desde Cades Barnea, hasta cuando pasamos el arroyo de Zered. Hasta que se acabó toda la generación de hombres de guerra, como Jehová había jurado.

c. 2:15 Estos fueron destruidos, acabados por la mano de Dios, sobre ellos de en medio del campamento.

4. El ejemplo de posesión de la Tierra de Lot, Edom y filisteos.

a. 2:16 Después que murieron todos estos hombres de guerra entre el pueblo.

b. 2:17 Jehová habla a Moisés.

b. 2:18 Diciéndole: Tú pasarás hoy por el territorio de Moab, a Ar.

c. 2:19 Pero cuando se acerquen a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos. Porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón. Puesto que a los hijos de Lot la he dado por heredad.

d. 2:20 Esta tierra era tenida por tierra de gigantes, y era un pueblo muy numeroso, así como el de Anac. Los amonitas lo llamaron zomzomeos.

e. 2:21 Eran altos como los hijos de Anac. Pero fueron derrotados por Jehová, delante de los amonitas. Y estos pasaron a poseer sus tierras. Fueron entregadas a los descendientes de Lot. Los amonitas.

f. 2:22 Como fueron derrotados por Jehová delante de ellos los horeos, entre otros, a quien ellos temían. Y habitaron en su lugar, los descendientes de Esaú. En la tierra de Seir.

g. 2:23. También los filisteos, que habían venido de Creta, mataron a los heveos de las aldeas cercanas a Gaza, y se quedaron con la tierra.

5. Dios los alienta para que posean la tierra.

a. 2:24 Así Jehová va hacer con ustedes. Así que ánimo. Levántense, salgan, y pasen el arroyo de Arnón. He entregado en su mano a Sehón rey de Habón, y a su tierra. Comiencen a tomar posesión de ella, y entren en guerra con él.

D. Jehová comienza a entregarles la tierra.

1. Plan de Jehová para entregarle la tierra.

a.  2:25 Comenzaré a colocar tu temor y tú espanto, sobre los pueblos debajo de todo el cielo. Los cuales oirán tu fama, y temblarán. Y se angustiaran delante de ti. 

c. 2:26 Envíen mensajes de paz, a Sehón rey de Hesbón, amorreo.

d. 2:27. Diciéndole: Pasaré por tu tierra, por el camino iré derecho, sin apartarme del.

e. 2:28 Me venderás la comida y el agua por dinero. Pasaré a pies, comeré, beberé y seguiré.

f. 2:29 Así como hicieron los hijos de Esaú, que habitan en Seir y los Moabitas en Ar. Hasta cruzar el Jordán y llegar a la tierra. Así deben hacer ustedes.

g. 2:30 Pero Sehón, no lo permitió. Porque Jehová lo endureció, y lo entregó hasta hoy en tu mano.

2. La tierra del rey Sehón conquistada.

a. 2:31 He comenzado a entregarle la tierra; comienza a repartirla. Para que la heredes.

b. 2:32 Nos salió Sehón al encuentro, él y todo el pueblo. Para pelear con Jahaza.

c. 2:33 Jehová lo enfrentó y nos lo entrego. Y lo derrotamos a él, a sus hijos. Y a todo el pueblo.

d. 2:34 Destruimos sin dejar ninguna de las ciudades, pueblos, hombres, mujeres y niños.

e. 2:35 Solamente agarramos sus ganados para nosotros, despojándolos de las ciudades.

f. 2:36 No hubo ciudad que escapara de las manos de Israel, todo lo entregó en sus manos. Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad.

g. 2:37 Solamente las ciudades que Jehová nuestro Dios, nos prohibió no poseer, la dejamos. Las de los hijos de Amón, ni a las de la orilla del arroyo de Jacob y ni las del monte. Ni ningún lugar que Jehová prohibió.

Capítulo 3

E. Moisés conquista a la tierra de los reyes Og y Sehón.

1. Le da victoria sobre Og rey de Basán y Sehón rey de Hesbón.

a. 3:1 Cuando volvimos, por camino de Basán, nos salió al encuentro Og rey de Basán, para pelear, y con él todo su pueblo, en Edrei.

b. 3:2 Me dijo Jehová: No tengas temor de él. Porque en tu mano lo he entregado, todo su pueblo y su tierra. Y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón.

c. 3:3 Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos.

d. 3:4 Poseímos en ese momento, todas sus ciudades. No quedó ciudad que poseyéremos. Sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

e. 3:5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

f. 3:6 Las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños.

g. 3:7 Obtuvimos para nosotros todo el ganado, y el botín de las ciudades.

2. Obtuvieron la victoria de otras ciudades del reino de Og.

a. 3:8-9 También poseímos en aquel tiempo, la tierra desde el arroyo de Arnón, hasta el monte de Hermón. Llamado también Sirión y Senir. Por los sidonios y amorreos, de las manos de los dos reyes amorreos, que estaban a este lado del Jordán.

b. 3:10 Igual todas las ciudades de la llanura, todo Galaad, todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og, en Basán.

c. 3:11 Porque únicamente Og rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes. La cama de Og, era una cama de hierro. La cama de Og, está en Rabá de los hijos de Amón. La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.

F. Se comienza a repartir la tierra.

1. El reparto de la tierra se le dio a Rubén, Gad y Manases.

a. 3:12 Esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas.

b. 3:13 El resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manasés.

c. 3:14 Jair hijo de Manasés, tomó posesión de toda la tierra de Argob, hasta el límite con Gesur y Maaca. La llamó por su nombre, Basán-havot-jair, hasta el día de hoy.

d. 3:15 Galaad se lo di a Maquir.

e. 3:16 A los rubenitas y gaditas les di, desde Galaad hasta el arroyo de Arnón, teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón.

f. 3:17 También el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret, hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente.

 2. Igual irán a la guerra, Rubén, Gad y Manases.

a. 3:18 Entre tanto, les mandé, diciéndoles: Jehová nuestro Dios nos ha dado esta tierra por heredad. Pero irán armados, todos los valientes delante de sus hermanos, los hijos de Israel.

b. 3:19 Por ser ustedes muchos, solamente sus mujeres, hijos y ganados, quedarán en las ciudades que le he dado.

c. Hasta que Jehová les dé reposo a nuestros hermanos, así como a nosotros, y hereden ellos también la tierra que Jehová nuestro Dios les da, al otro lado del Jordán. Por tanto, después ellos se volverán cada uno a su heredad, que yo les he dado. 3:20 

G. Dios no le permite a Moisés pasar a Canaán.

1. Moisés ordena a Josué, Dios le entregará la tierra.

a. 3:21 Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciéndole: Tus ojos vieron todo lo que Jehová nuestro Dios, ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová con todos los reinos, a los cuales pasaras tú.

b. 3:22 No le temas; porque Jehová nuestro Dios, él es el que pelea por nosotros.

2. Su oración y el enojo de Dios, con él, a causa de ellos.

a. 3:23 Ore a Jehová en aquel tiempo.

b. 3:24 Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa. Porque, ¿qué Dios hay en el cielo, ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?

c. 3:25 Te ruego que yo pase, y vea aquella tierra buena, que está más allá del Jordán. Aquel buen monte, y el Líbano.

d. 3:26 Pero Jehová se había enojado contra mí, a causa de ustedes. Por lo cual no me escuchó. Y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.

3. Jehová encomienda a Moisés, que aliente a Josué.

a. 3:27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, al norte, al sur, al este. Mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.

b. 3:28 Manda a Josué, anímalo, y fortalécelo; porque él pasará delante de este pueblo. Y la tierra que verás, él se las dará en heredad.

c. 3:29 Nos detuvimos en el valle delante de Bet-peor.

Capítulo 4

II. Dios les advierte en Horeb guardar y enseñar su pacto.

A. Guardar y enseñar a su pueblo el pacto de Dios con Israel.

1. Sin añadir ni quitar nada de este pacto.

a. 4:1 Atiende, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo les enseño. Para que los ejecutes, vivas, y entrés a poseer la tierra, que les da Jehová, Dios de sus padres.

b. 4:2 No añadirás a la palabra que yo les mando, ni quitaras de ella. Para que guarden los mandamientos de Jehová nuestro Dios, que yo les ordeno.

2. Cumplir los estatutos y decretos de la ley para que vivan. 

a. 4:3 Nuestros ojos vieron lo que hizo Jehová, con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue tras de Baal-peor, lo destruyó de en medio de ti, Jehová tu Dios.

b. 4:4 Pero a ustedes que siguieron a Jehová nuestro Dios, todos hoy están vivos.

c. 4:5 Miren, yo les he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó. Para que lo cumplan en medio de la tierra, en la cual entras. Para tomar posesión de ella.  

B. El pacto representa la sabiduría e inteligencia a los pueblos.

1. Israel debe guardar de hacer el pacto de Dios.

a. 4:6 Guardalos, y háganlo por obra. Porque esta es nuestra sabiduría y nuestra inteligencia que verán los pueblos. Los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente esta es una nación grande es un pueblo sabio y entendido.

b. 4:7 Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos, como lo está, de Jehová nuestro Dios, en todo cuanto le pedimos?  

c. 4:8 ¿Qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos? Como es toda esta ley, que yo pongo hoy delante de ustedes.

2. Guarda, enseña los mandamientos, la ley, estatutos y decretos.

a. 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia. Para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.  

b. 4:10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb. Cuando Jehová me dijo: Reúname al pueblo. Para que oigan mis palabras, las cuales aprenderán. Para que me teman todos los días, que vivan sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos.

3. En el monte de Horeb les anunció su pacto con Israel.

a. 4:11 Ese día se acercaron y se colocaron al pie del monte. El monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube y oscuridad.

b. 4:12 Jehová habló con ustedes de en medio del fuego; oíste la voz de sus palabras. Pero ninguna figura vistes, con la excepción de oír su voz.  

c. 4:13 Él les anunció su pacto, el cual les mandó a hacer por obra; los diez mandamientos. Y los escribió en dos tablas de piedra.  

4. Ordenó enseñarles los mandamientos y la ley del pacto.

a. 4:14 A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que les enseñase los estatutos y juicios. Para que los hagan por obra. En la tierra a la cual, pasan a tomar posesión de ella.

C. Le ordena rigurosamente a no hacer imagen.

1. Le ordena a no hacer imagen, ni de él, ni de ninguno.  

a. 4:15 Guarden, mucho sus almas. Porque ninguna figura vimos, el día que Jehová habló con nosotros de en medio del fuego.  

c. 4:16 Para que no se corrompan y hagan para ustedes escultura, alguna imagen de figura, efigie de varón o hembra.

d. 4:17 Alguna figura de animal que está en la tierra, alguna figura de ave alada que vuele por el aire.

e. 4:18 Ninguna figura de animal que se arrastre sobre la tierra, alguna figura de pez que haya en el agua debajo de la tierra.

2. Le advierte a no inclinarse a los ejércitos de los cielos.

a. 4:19 No sea que, viendo hacia el cielo, adores lo que ves. Viendo el sol, la luna y las estrellas. Y todo el ejército del cielo, seas impulsado, a inclinarte a ellos. Te inclines y les sirvas. Porque Jehová tu Dios, los ha dado a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

c. 4:20 Pero a nosotros Jehová nos escogió, y nos ha sacado del horno de hierro, de Egipto; Para que seamos el pueblo de su herencia, como en este día.

D. Jehová se enojó porque los hijos de Israel no le creyeron.

1. Moisés dice que su enojo fue por causa de ellos, no creerle.

a. 4:21 Jehová se enojó contra mí, por causa de ustedes, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por herencia. 3:26.

b. 4:22 Así que yo voy a morir en esta tierra. Y no pasaré el Jordán. Pero ustedes pasarán, y poseerán aquella tierra buena.

E. Moisés les advierte lo que sucederá si se olvidan del pacto. 

1. No hagan imagen, Dios es celoso y fuego consumidor.

a. 4:23 Guárdense, no se olviden del pacto de Jehová nuestro Dios, que él estableció con nosotros, y no hagan escultura o imagen de ninguna cosa, que Jehová tu Dios te ha prohibido.

b. 4:24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, es Dios celoso.

2. Si no cumplen el pacto, no estarán eternamente en la tierra.

a. 4:25 Cuando hayan engendrado hijos y nietos. Y hayan envejecido en la tierra, si se corrompen e hicieran escultura o imagen de cualquier cosa, e hicieran lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, para enojarlo.  

b. 4:26 Yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra. Que pronto perecerán totalmente de la tierra hacia la cual pasan el Jordán. Para tomar posesión de ella; no estarás en ella por la eternidad, sin que sean destruidos.

3. Habrá una diáspora pequeña, en todas las naciones.

b. 4:27 Jehová los esparcirá entre los pueblos. Y quedaran pocos, en el número de ustedes, entre las naciones, a las cuales los llevará Jehová.

4. Busquen a Jehová de todo corazón, para ser oídos.  

a. 4:28 Servirán allí a dioses, hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

b. 4:29 Pero si desde allí buscaras a Jehová tú Dios, lo hallarán, si lo buscaras de todo tu corazón y de toda tu alma.

c. 4:30 Cuando estuvieras en angustia, y te alcancen todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios. Y oyes su voz.

d. 4:31 Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.

F. Dios escogió a los hijos de Israel y les mostro su gloria.

1. Moisés les afirma, ellos han visto la grandeza de Dios.

a. 4:32 Porque, pregunta ahora, si en los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro, se ha hecho cosa semejante, a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.

b. 4:33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego? Como tú la has oído, sin ver nada.

c. 4:34 ¿O ha intentado Dios venir a escoger, para él, una nación de en medio de otra nación? Como lo ha hecho. Con pruebas, con señales, con milagros, con guerra, su mano poderosa y su brazo extendido. Y hechos aterradores. Como todo lo que hizo con nosotros, Jehová nuestro Dios en Egipto, ante tus ojos.

d. 4:35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.  

e. 4:36 Desde los cielos te hizo oír su voz. Para enseñarte. Sobre la tierra te mostró su gran fuego. Y has oído sus palabras de en medio del fuego.  

2. Moisés les afirma que fue por amor a ellos.

a. 4:37 Por cuanto él amó a sus padres, escogió a su descendencia, después de ellos, te sacó de Egipto, con su presencia y con su gran poder.

b. 4:38 Para echar de delante de tu presencia a naciones grandes y más fuertes que tú. Para introducirte y darte su tierra por herencia. Como lo es hoy.

c. 4:39 Aprende, por tanto, hoy, reflexiona en tu corazón, que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra. Y no hay otro como él. Jo 2:11

3. Moisés les vuelve a decir que guarden su pacto.  

a. 4:40 Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy. Para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti. Y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

G. Ordena ciudades de refugio para salvarse del vengador.

1. Apartó tres ciudades, de refugio de este lado del jordán.   

a. 4:41 Moisés apartó tres ciudades a este lado del Jordán, al nacimiento del sol.

b. 4:42 Para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida.

c. 4:43 Berser en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas. Ramot en Galaad, para los gaditas, y Golán en Basán, para los de Manasés.  

III. Moisés enseña el pacto que Dios hizo en el monte de Horeb.

A. Pronuncia el pacto a la nueva generación de Israel.

1. La ley fue dada por Dios cuando salieron de Egipto.

a. 4:44 Esta, es la ley, que les pronunció Moisés delante de los hijos de Israel.

b. 4:45 Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.  

c. 4:46 Se las dijo, a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.

d. 4:47 Poseyeron su tierra, en la tierra de Og rey de Basán. Dos reyes de los amorreos que estaban al oriente, de este lado del Jordán.  

e. 4:48 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón.

f. 4:49 Todo el Arabá de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga.  

Capítulo 5

B. Les enseño el pacto que Dios hizo con los hijos de Israel.

1. El pacto que Dios hizo con ellos en Horeb.

a. 5:1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos, decretos que yo pronuncio hoy en sus oídos. Apréndelos, y guardalos. Para cumplirlos por obra.  

b. 5:2 Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.  

c. 5:3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí, hoy vivos.  

2. Les hablo cara a cara en el monte, en medio del fuego.

a. 5:4 Cara a cara habló Jehová, con nosotros en el monte de en medio del fuego.  

b. 5:5 Yo estaba en esa ocasión, entre Jehová y ustedes. Para declararles la palabra de Jehová. Porque ustedes tuvieron temor del fuego, y no subiste al monte.

c. 5:6 Les dijo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.  

C. Jehová escribió los mandamientos en tablas con su dedo.

1. Los mandamientos escritos en el libro de Éxodo.

a. 5:7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.  Ex cap. 20:7-17.

b. 5:8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

c. 5:9 No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.

d. 5:10 Que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

e. 5:11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.  

f. 5:12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.  

g. 5:13 Trabajarás seis días, y harás toda tu obra.  

h. 5:14 Pero el séptimo día es reposo a Jehová tú Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas. Para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.

i. 5:15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto. Que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido. Por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.

j. 5:16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado. Para que sean prolongados tus días. Para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.  

k. 5:17 No matarás.

l. 5:18 No cometerás adulterio.

m. 5:19 No hurtarás.

n. 5:20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

o. 5:21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

D. El pueblo vio su gloria y su grandeza.

1. Escribió los mandamientos en dos tablas de piedra.

a. 5:22 Estas palabras habló Jehová a toda la congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, en voz alta. Solo hablo estas palabras. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.

2. Ustedes piden a Moisés oír a Dios y luego les hable a ellos.

a. 5:23 Aconteció, que cuando ustedes oyeron la voz de en medio de las tinieblas. Vistes el monte que ardía en fuego, acudieron a mí, todos los príncipes de sus tribus, y sus ancianos.

b. 5:24 Dijiste: Mira Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza. Hemos oído su voz de en medio del fuego. Hoy hemos visto que Jehová habla al hombre. Y éste aún vive.

c. 5:25 En consecuencia, vamos a morir. Porque este gran fuego nos consumirá. Porque si nosotros oímos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.

d. 5:26 Porque ¿qué es el hombre? ¿Para qué oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, ¿y aún viva?

e. 5:27 Acércate tú, y oye todas las cosas que te diga Jehová nuestro Dios; tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijese, nosotros oiremos y haremos.  

3. Dios le parece bien y desea que el pueblo le tema.

a. 5:28 Oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabas, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.

b. 5:29 ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos! Para que, a ellos y a sus hijos, ¡les fuese bien para siempre!

4. Jehová le da los mandamientos para que lo cumplan.

a. 5:30 Ve y diles: Vuelvan a sus carpas.

b. 5:31 Tú quédate aquí conmigo, te diré todos los mandamientos, estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los cumplan, en la tierra que yo les doy por posesión.

c. 5:32 Mira, por tanto, que hagan como Jehová su Dios, les ha mandado; no se aparten ni a diestra ni a siniestra.

d. 5:33 Anden en todo el camino que Jehová su Dios les ha mandado. Para que vivás y les vaya bien. Y tengan largos días en la tierra que han de poseer.

Capítulo 6

E. Le explica los mandamientos estatutos y decretos.

1. Para que les valla bien en la tierra que Dios les da.

a. 6:1 Estos, por tanto, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová su Dios mandó, que les enseñase. Para que los cumplan, en la tierra a la cual pasan ustedes, para poseerla.

b. 6:2 Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando. Tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida. Para que tus días sean prolongados.

c. 6:3 Oye, por consiguiente, oh Israel, cuida de obedecerlos. Cúmplelos, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel. Y se multipliquen, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.

2. Dios es uno y lo debes amar.

a. 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

b. 6:5 Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

c. 6:6 Estas palabras que hoy yo te mando, estarán sobre tu corazón.

3. Debes enseñar a tus hijos repitiéndoles estos mandamientos.

a. 6:7 Las repetirás a tus hijos, hablarás de ellas estando en tu casa, andando por el camino, al acostarte, y cuando te levantes.

b. 6:8 Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos.

c. 6:9 Las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

4. Cuando entres en la tierra, cuídate de no olvidarte de Dios.

a. 6:10 Cuando Jehová tu Dios, te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jaco, que te daría. En ciudades grandes y buenas que tú no edificaste.

b. 6:11 Casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste. Luego que comas y te sacies.

c. 6:12 Cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

5. Solo a Dios temerás y al solo servirás.

a. 6:13 A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, y por su nombre jurarás.

b. 6:14 No andarás siguiendo a dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos.

c. 6:15 Porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se indigne Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.

6. No tentaras al Señor tu Dios.

a. 6:16 No tentaras a Jehová su Dios, como lo tentaste en Masah.

7. Guarda los mandamientos para que te valla bien.

a. 6:17 Guarda cuidadosamente los mandamientos de Jehová su Dios, sus testimonios y sus estatutos, que te ha mandado.

b. 6:18 Haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová. Para que te vaya bien, y entres a poseer la tierra buena, que Jehová juró a tus padres.

c. 6:19 Para que él arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho.

F. Dios les explica el significado de cumplir los mandamientos.

1. Para que les valla bien y vivan.

a. 6:20 Mañana cuando te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios, estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios nos mandó?

b. 6:21 En aquel tiempo, dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa.

c. 6:22 Jehová hizo señales, milagros grandes y terribles en Egipto. Sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos.

d. 6:23 Nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres.

e. 6:24 Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos. Y que temamos a Jehová nuestro Dios. Para que nos vaya bien todos los días. Y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.

2. Para tener justicia de nuestros enemigos.

a. 6:25 Tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra, todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

Capítulo 7

G. Les da estatutos cuando posean a la tierra de Canaán.

1. No debes emparentarte con los habitantes de Canaán.

a. 7:1 Cuando Jehová tu Dios, te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla. Y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,

b. 7:2 Una vez, Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.

c. 7:3 No emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.

2. Porque inclinará a tu hijo a la idolatría, a dioses ajenos.

a. 7:4 Porque desviará a tu hijo en pos de mí, y servirán a dioses ajenos. Luego el furor de Jehová se encenderá sobre ustedes, y te destruirá pronto.

3. Debes destruir sus altares y quemar a sus imágenes de Asera.

a. 7:5 Pero así harás con ellos: sus altares destruirás, quebraras sus estatuas, destruirás sus imágenes de Asera, y quemaras sus esculturas en el fuego.

4. Eres escogido, santo, Jehová los ama y guarda su juramento.

a. 7:6 Porque tú eres pueblo santo, para Jehová tu Dios. Jehová tu Dios te ha escogido. Para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.

b. 7:7 No por ser ustedes más que todos los pueblos, los ha querido Jehová y los ha escogido. Porque eras el más insignificante de todos los pueblos.

c. 7:8 Sino por cuanto Jehová los amó, y quiso guardar el juramento que juró a sus padres. Los ha sacado Jehová con mano poderosa, y los ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.

H. Por guardar sus mandamientos vendrán sus bendiciones.

1. Jehová es Dios Santo y debes guardar sus mandamientos.

a. 7:9 Conoce, por tanto, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman. Y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.

b. 7:10 Que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.

c. 7:11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

2. La bendición por oír sus decretos, guardar y obedecerlos.

a. 7:12 Por haber oído estos decretos, haberlos guardado y puesto por obra. Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.

b. 7:13 Te amará, te bendecirá, te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre. El fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.

c. 7:14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.

d. 7:15 Quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

3. Dios consumirá sin temor al pueblo con más fuerza.

a. 7:16 Consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses. Porque te será por tropiezo.

b. 7:17 Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré exterminar?

c. 7:18 No tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto.

d. 7:19 De las grandes pruebas que vieron tus ojos, de las señales y milagros. De la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieses.

e. 7:20 También enviará Jehová tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedasen y los que se hubieren escondido de delante de ti.

4. Destruirá de apoco y las fieras no se multiplicarán contra ti.

a. 7:21 No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

b. 7:22 Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco. No podrás acabar con ellas en seguida. Para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.

c. 7:23 Pero Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas.

d. 7:24 El entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.

5. Es abominable a Jehová codiciar la plata, y el oro de Canaán.

7:25 Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de ellas. Para tomarlo para ti. Para que no tropieces en ello, pues es abominación a Jehová tu Dios;

7:26 No traerás cosa abominable a tu casa. Para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.

Capítulo 8

I. El deber de guardar y enseñar los mandamientos.

1. Cumple a Dios lo que te ha ordenado para que te bendiga.

a. 8:1 Cuidarás de poner por obra todo mandamiento que yo les ordeno hoy. Para que vivas, seas multiplicado, entres y poseas la tierra, que Jehová prometió con juramento a sus padres.

2. Te provo para ver si habrías de guardar sus mandamientos.

a. 8:2 Te acordarás de todo el camino. Por donde te ha traído Jehová tu Dios, estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

b. 8:3 Te afligió, te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido. Para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre. Pero de todo lo que salé de la boca de Jehová vivirá el hombre.

c. 8:4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.

3. Dios los castiga como un padre, pero los compensa bien.

a. 8:5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

b. 8:6 Guardarás, por tanto, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.

4. Dios les bendecirá y les dará una buena tierra.

a. 8:7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales. Que brotan en riberas y montes.

b. 8:8 Tierra de trigo, cebada, de vides, higueras y granados. Tierra de olivos, de aceite y de miel.

c. 8:9 Tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella. Tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.

d. 8:10 Comerás, te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios. Por la buena tierra que te habrá dado.

5. Cuida de guardar los mandamientos, estatutos y decretos.

a. 8:11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios. Para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy.

b. 8:12 No suceda que comas, te sacies, y edifiques buenas casas en que habites.

c. 8:13 Tus vacas, tus ovejas se aumenten, la plata, el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieses se aumente.

d. 8:14 Se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

e. 8:15 Que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, de escorpiones. Y tuviste sed, donde no había agua. Y él te sacó agua de la roca del pedernal.

f. 8:16 Que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote. Para posteriormente hacerte bien.

g. 8:17 Digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

5.1. Guarda sus mandamientos para que no perezcas.

a. 8:18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios. Porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

b. 8:19 Pero si llegases a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieses siguiendo a dioses ajenos, sirviéndoles. Y te llegases a inclinar para adorarlos. Yo lo afirmo hoy contra ustedes, que de cierto perecerás.

c. 8:20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de ustedes, así perecerás. Por cuanto no has atendido a la voz de Jehová su Dios.

Capítulo 9.

IV. Les afirma como van a poseer la tierra.

A. Entrarán a poseer la tierra por la fuerza de Dios.

1. Dios ira delante de ellos para que entren a la tierra.

a. 9:1 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán. Para entrar a expropiar a naciones más numerosas y más poderosas que tú. Ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo.

b. 9:2 Un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?

c. 9:3 Comprende, por consiguiente, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti, como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti. Tú los echarás, y los destruirás en seguida. Como Jehová te ha dicho.

2. Dios echará a las naciones por su impiedad.

a. 9:4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra. Porque, por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.

b. 9:5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos. Sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti. Para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

3. No es por la justicia de Israel, porque es de dura cerviz.

a. 9:6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra, para tomarla. Porque pueblo duro de cerviz eres tú.

B. Israel provoca la ira de Jehová varias veces.

1. En Horeb se enojó para destruirlos.

a. 9:7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entraste en este lugar. Han sido rebeldes a Jehová.

b. 9:8 En Horeb provocaste la ira de Jehová, y se enojó Jehová contra ustedes para destruirlos.

1.1. Cuando Moisés va al monte para recibir las tablas escritas.

a. 9:9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con ustedes. Estuve en ese momento, en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan, ni beber agua.

b. 9:10 Y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. En ellas estaba el escrito, según todas las palabras que les habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

1.2. El pueblo hace un becerro de oro para adorarlo.

a. 9:11 Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.

b. 9:12 Me dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí. Porque tu pueblo que sacaste de Egipto, se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé. Se han hecho una imagen de fundición.

1.3. Dios le dijo deja que los destruya que son duros de cerviz.

a. 9:13 Me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y mira que es un pueblo duro de cerviz.

b. 9:14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo. Yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.

1.4. Moisés regreso y el pueblo se había apartado de Dios.

a. 9:15 Volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.

b. 9:16 Miré, y en efecto, habían pecado contra Jehová su Dios; habían hecho un becerro de fundición. Apartándose pronto del camino que Jehová les había mandado.

1.5. Moisés quiebra las tablas, ora y ayuna 40 días más.

a. 9:17 Entonces tomé las dos tablas, las arrojé de mis dos manos, y las quebré delante de sus ojos.

b. 9:18 Me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo su pecado, que habían cometido, haciendo el mal ante los ojos de Jehová, para enojarlo.

c. 9:19 Porque temí, a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado, contra ustedes, para destruirlos. Pero Jehová me escuchó aun una vez más.

1.6. Moisés ora por Aarón porque Dios se enoja contra él.

a. 9:20 Contra Aarón también se enojó Jehová, en gran manera para destruirlo; también en aquel momento, oré por Aarón.

1.7. Reduce a polvo el becerro de oro y se los da a beber.

b. 9:21 Tomé el objeto de su pecado, el becerro que habían hecho, y lo quemé en el fuego. Lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo. Eché el polvo de él, en el arroyo que descendía del monte. Ex 32:20.

2. Provocaron la ira de Jehová en otros lugares.

a. 9:22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava, provocaron la ira de Jehová.

3. Fueron rebeldes a ir a poseer la tierra que les dio.

a. 9:23 Cuando Jehová los envió desde Cades-barnea, diciéndoles: Suban y posean la tierra que yo les he dado. También fuiste rebeldes al mandato de Jehová su Dios, y no le creíste, ni obedeciste a su voz.

b. 9:24 Rebeldes han sido a Jehová desde el día que yo los conozco.

4. Jehová dijo que los destruiría y Moisés intercede.

a. 9:25 Me postré, por tanto, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado. Porque Jehová dijo: que los iba a destruir.

b. 9:26 Oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.

c. 9:27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado.

d. 9:28 No sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.

e. 9:29 Ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.

Capítulo 10

V. Para dirigirse a las Naciones enseñen su pacto con Israel.

A. Las tablas de los mandamientos fueron renovadas.

1. Dios escribe en las nuevas tablas los mandamientos.

a. 10:1 En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras. Sube ante mí al monte. Y hazte un arca de madera.

b. 10:2 Escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste. Y las colocarás en el arca.

c. 10:3 E hice un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí al monte con las dos tablas en mi mano.

d. 10:4 Escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová les había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea. Y me las dio Jehová.

2. Moisés coloca las tablas en el arca del pacto.

a. 10:5 Volví y descendí del monte. Coloqué las tablas en el arca que había hecho; allí están, como Jehová me mandó.

3. Años después muere Aarón y lo sustituye su hijo Eliazar.

a. 10:6 Muchos años después, salieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jaacán a Mosera. Luego, murió Aarón, fue sepultado. Y en su lugar el sacerdocio es sustituido por su hijo Eleazar. Núm. 20:23-28; 32:50; 33:38.

4. Dios aparta a Leví para que le sirva en el tabernáculo.

a. 10:7 Entre tanto, partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas.

b. 10:8 En aquel tiempo apartó Jehová a la tribu de Leví, para que llevar el arca del pacto de Jehová. Para estar delante de Jehová. Para servirle. Y para bendecir en su nombre, hasta el día de hoy.

c. 10:9 En este sentido, Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad. Como Jehová tu Dios les dijo.

5. Después de partir las tablas intercede Moisés por ellos.

a. 10:10 Yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches. Esta vez Jehová también me escuchó, y no quiso Jehová destruirte.

b. 10:11 Me dijo Jehová: Levántate, anda, para que marches delante del pueblo. Para que entren y posean la tierra, que juré a sus padres que les habría de dar.

B. Lo que quiere Dios de Israel.

1. Temer y amar a Dios con todo su corazón y con el alma.

a. 10:12 Ahora, por consiguiente, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti? sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios. Con todo tu corazón y con toda tu alma.

2. Guarde sus mandamientos y estatutos.

a. 10:13 Que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad.

b. 10:14 Comprende, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos. La tierra, y todas las cosas que hay en ella.

c. 10:15 Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a ustedes, de entre todos los pueblos, como en este día.

3. Circunciden su corazón, y no sean orgulloso, sino humilde.  

a. 10:16 Circunciden, por tanto, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcan más su cerviz.

b. 10:17 Porque Jehová su Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni será sobornado.

c. 10:18 Que hace justicia al huérfano y a la viuda. Ama también al extranjero dándole pan y vestido.

4. Ama al extranjero como tú lo fuiste en Egipto.

a. 10:19 Amarás, por tanto, al extranjero; porque extranjeros fuiste en la tierra de Egipto.

b. 10:20 A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.

5. Jehová es el motivo de tu Alabanza.

a. 10:21 Él es el motivo de tu alabanza, él es tu Dios. Porque él ha hecho contigo, estas cosas grandes y terribles delante de tus ojos, como lo han visto.

b. 10:22 Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto. Pero Jehová te ha multiplicado, y te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.

Capítulo 11

C. Guardarás los mandamientos y estatutos de Jehová.

1. Comprendan que Jehová los sacó de Egipto.

a. 11:1 Amarás, por tanto, a Jehová tu Dios, guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.

b. 11:2 Comprende hoy. Porque ustedes sus hijos, de los hijos de Israel, no han sabido, ni han visto el castigo de Jehová su Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido.

c. 11:3 Sus señales, sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón rey de Egipto, y a toda su tierra.

d. 11:4 Lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros; cómo precipitó las aguas del Mar Rojo sobre ellos, cuando venían tras ustedes, y Jehová los destruyó hasta hoy.

2. Guarda sus mandamientos para prolongar tu vida.

a. 11:5 Lo que ha hecho con ustedes en el desierto, hasta que han llegado a este lugar.

b. 11:6 Lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió su boca la tierra, y los tragó con sus familias, sus tiendas. Y todo su ganado, en medio de todo Israel.

c. 11:7 Por esto, sus ojos han visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho.

d. 11:8 Guarda, por tanto, todos los mandamientos que yo les prescribo hoy. Para que sean fortalecidos, entren y posean la tierra. La cual pasen para habitarla.

e. 11:9 Para que les sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a sus padres, que había de darla a ellos y a su descendencia. Tierra que fluye leche y miel.

3. Guarda sus mandamientos para que seas prosperado.

a. 11:10 La tierra la cual entras, para tomarla no es como la tierra de Egipto de donde has salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas a pie, como huerto de hortaliza.

b. 11:11 La tierra a la cual pasás. Para tomarla es tierra de montes y de arroyos, que es regada con el agua de la lluvia del cielo.

c. 11:12 Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.

d. 11:13 Si obedecieres cuidadosamente a mis mandamientos que yo les prescribo hoy, amando a Jehová su Dios, sirviéndole con todo su corazón, y con toda su alma.

e. 11:14 Yo daré la lluvia de su tierra a su tiempo, la temprana y la tardía. Recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.

f. 11:15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados. Comerás, y te saciarás.

g. 11:16 Guarda, por tanto, que su corazón no se enorgullezca, se aparté y sirva a dioses ajenos, inclinándose a adorarlo.

4. Guardaras sus mandamientos cuidando de no olvidarse.

a. 11:17 Se encienda el furor de Jehová sobre ustedes, cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y pronto perezcas la buena tierra que les da Jehová.

b. 11:18 Por tanto, pondrás estas mis palabras en su corazón y en su alma. Las ataras como señal en su mano, y serán por frontales entre sus ojos.

c. 11:19 Las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,

d. 11:20 Las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

5. Guarda los mandamientos para que te prolongue la vida.

a. 11:21 Para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a sus padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.

b. 11:22 Porque si guardas cuidadosamente, todos estos mandamientos que yo les prescribo para que los cumplas, y si amaras a Jehová su Dios, andando en todos sus caminos, siguiéndole a él.

6. Guarda los mandamientos para librarlos y posean la tierra.

a. 11:23 Jehová también echará de delante de ustedes a todas estas naciones. Expropia a las naciones grandes y más poderosas que ustedes.

b. 11:24 Todo lugar que pisase la planta de su pie será suyo; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental, será su territorio.

c. 11:25 Nadie se sostendrá delante de ustedes; miedo y temor de ustedes pondrá Jehová su Dios sobre toda la tierra que pisases, como él se lo ha dicho.

7. Escoge la bendición o maldición.

a. 11:26 Mira yo pongo hoy delante de ustedes la bendición y la maldición.

b. 11:27 La bendición, si oyes los mandamientos de Jehová su Dios, que yo les prescribo hoy.

c. 11:28 La maldición, si no oyes los mandamientos de Jehová su Dios, y se aparten del camino que yo hoy les ordeno. Para ir a seguir a dioses ajenos que no has conocido.

d. 11:29 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra, a la cual vas para tomarla. Pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal,

f. 11:30 Los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá frente a Gilgal, junto al encinar de More.

g. 11:31 Porque ustedes pasán el Jordán. Para ir a poseer la tierra que le da Jehová vuestro Dios; y la tomaréis, y habitaréis en ella.

h. 11:32 Cuidaras, por tanto, de cumplir todos los estatutos y decretos que yo presento hoy delante de ustedes.  

Capítulo 12

VI. Estatutos y decretos para permanecer en la tierra.

A. Destruirás todos los lugares idolatras con sus ídolos.

1. Destruirás totalmente lugares e ídolos de Canaán.

a. 12:1 Estos son los estatutos y decretos, que cuidaras para poner por obra en la tierra, que Jehová el Dios de tus padres te ha dado. Para que tomes posesión de ella, todos los días que ustedes viviesen sobre la tierra.

b. 12:2 Destruirás enteramente, todos los lugares donde las Naciones que ustedes heredan, sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.

c. 12:3 Derribarás sus altares, quebrarás sus estatuas, y sus imágenes de Asera, quemaras hasta consumirlas. Destruirás las esculturas de sus dioses, y raerás su nombre de aquel lugar.

B. Adorarás e irás ofrecer al lugar que Dios escogiera.

1. A Jehová adorarás y no destruirás el lugar donde lo adores.

a. 12:4 No harás así a Jehová su Dios.

b. 12:5 Sino que el lugar que Jehová tu Dios escogiese de entre todas sus tribus. Para poner allí su nombre. Para su habitación, ése buscarás, y allá irás.

c. 12:6 Allí llevarás sus holocaustos, sus sacrificios, sus diezmos, y la ofrenda elevada de sus manos, sus votos, sus ofrendas voluntarias. Las primicias de sus vacas y de sus ovejas.

d. 12:7 Comerás allí delante de Jehová su Dios. Se alegrarán, ustedes y sus familias, en toda obra de sus manos. En la cual Jehová tu Dios, te hubiese bendecido.

2. Harás no lo que tú quieras, sino lo que Jehová te mande

a. 12:8 No harás como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que le parece bien.

b. 12:9 Porque hasta ahora no has entrado al reposo y a la heredad que les da Jehová su Dios.

c. 12:10 Pero pasaran el Jordán, y habitaran en la tierra que Jehová su Dios les dará por heredad. Y él les dará reposo de todos sus enemigos alrededor. Y habitaran seguros.

d. 12:11 Al lugar donde Jehová su Dios escogiese. Para afirmar en él su nombre, allí llevarás todas las cosas que yo les he mandado; sus holocaustos, sacrificios, diezmos, las ofrendas elevadas de sus manos, y todo lo escogido de los votos que has prometido a Jehová.

e. 12:12 Se alegrarán delante de Jehová su Dios; ustedes, sus hijos, hijas, siervos, siervas, y el levita. El levita que habite en su población. Por cuanto no tiene parte, ni heredad con ustedes.

3. El holocausto solo será ofrecido en el lugar donde te mandó.

a. 12:13 Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vez.

b. 12:14 Sino que en el lugar que Jehová escogiese, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

c. 12:15 Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado. El inmundo y el limpio la podrá comer, como la de gacela o de ciervo.

3. No comerás sangre, la derramarás en la tierra.

a. 12:16 Solamente que sangre no comerás; sobre la tierra la derramarás como agua.

4. Comerás el diezmo solo en el lugar que Dios escoja.

a. 12:17 Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometieses, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos.

b. 12:18 Sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiese escogido, tú, tu hijo, hija, siervo, sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos.

5. Debes cuidar de no desamparar al levita en toda tu vida.

a. 12:19 Ten cuidado de no desamparar al levita, en todos tus días que vivas sobre la tierra.

6. Podrás comer carne en tu lugar, si está muy lejos el de adorar.

a. 12:20 Cuando Jehová tu Dios ensanchase tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeses: Comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer.

b. 12:21 Si estuviese lejos de ti, el lugar que Jehová tu Dios escogiese. Para poner allí su nombre. Podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo. Y comerás, en tus puertas según todo lo que deseas.

c. 12:22 Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer. El inmundo y el limpio podrán comer también de ellas.

7. Mantente firme de no comer sangre con la carne.

a. 12:23 Solamente que te mantengas firme en no comer sangre. Porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.

b. 12:24 No la comerás; en tierra la derramarás como agua.

c. 12:25 No comerás de ella. Para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hicieses lo recto ante los ojos de Jehová.

8.  Vendrás al lugar, a traer tu ofrenda de holocausto.

a. 12:26 Pero las cosas que hubieses consagrado, y tus votos, las tomarás. Vendrás con ellas al lugar que Jehová hubiese escogido.

b. 12:27 Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios; la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios. Y podrás comer la carne.

c. 12:28 Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando. Para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos, después de ti para siempre.

9. Cuídate de no seguir sus creencias y sus abominaciones.

a. 12:29 Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti a las Naciones adonde tú vas, para poseerlas, las heredes, y habites en su tierra.

b. 12:30 Guárdate de no tropezar siguiéndolas a ellas, después que sean destruidas delante de ti. Ni preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas Naciones a sus dioses. Yo también les serviré.

9.1. Ten en cuenta que ellos ofrecían sacrificio a sus dioses.

c. 12:31 No le harás así a Jehová tu Dios. Porque todas estas cosas abominables que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses. Porque aún a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.

10. No añadirás, ni quitaras nada de lo que Jehová te mande.

12:32 Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.

Capítulo 13

VII. Estatuto sobre los falsos profetas y la idolatría.

A. Mata al falso profeta que te indujese a seguir a sus ídolos.

1. Si se cumple la señal del falso profeta no sigas a sus ídolos.

a. 13:1 Cuando haya en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anuncie señal o prodigios.

b. 13:2 Si esta señal o prodigio que él te anunció, se cumple, y luego te diga: Vamos y sigamos a los dioses ajenos, que no conociste. Ven sirvámosles.

c. 13:3 No debes prestar atención a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños. Porque Jehová tu Dios te está probando. Para saber si amás a Jehová tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma.

d. 13:4 Seguirás y andarás con Jehová tu Dios; a él temerás, guardarás sus mandamientos, escucharás su voz. A él servirás, y a él seguirás.

2. El falso profeta debe morir por su rebelión.

a. 13:5 Tal profeta o soñador de sueños debe ser muerto. Por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová su Dios, que te sacó de tierra de Egipto. Te rescató de casa de servidumbre. Trató de apartarte del camino. Por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses. Así quitarás el mal de en medio de ti.

3. Debes matar al que te persuadió a seguir a los ídolos.

a. 13:6 Si tu hermano te incita, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conociste.

b. 13:7 De los dioses de los pueblos que están en sus alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra, hasta el otro extremo de ella.

c. 13:8 No consentirás con él, ni le pondrás atención; ni tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás.

d. 13:9 Sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él, para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

e. 13:10 Le apedrearás hasta que muera. Por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

f. 13:11 Para que todo Israel oiga, tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta.

4. Mata a los instigadores que inducen a la idolatría.

a. 13:12 Si llegas a oír, que se dice de alguna de tus ciudades, que Jehová tu Dios te da para vivir en ellas.

b. 13:13 Que han salido de en medio de ti hombres impíos, que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ustedes no conocieron.

c. 13:14 Tú indagarás, buscarás y preguntarás con diligencia. Si parece verdad y es cierta la cosa, que tal abominación se hizo en medio de ti.

d. 13:15 Irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiese, y también matarás sus ganados a filo de espada.

B. Destruirás el anatema de las ciudades y cosas.

1. Sin volverse a construirse una ciudad anatema.

a. 13:16 Juntarás todo su botín en medio de la plaza, consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas. Para siempre, nunca más será edificada.

2. Permanece, por tu bien, sin agarrar, ni guardar el anatema.

a. 13:17 No debes agarrar con tu mano nada del anatema. Para que Jehová se aparte del ardor de su ira, tenga de ti misericordia, tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres.

c. 13:18 Cuando obedecieses a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy. Para hacer lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.

Capítulo 14

C. Sin hacerse heridas en el cuerpo, ni se rapen la cabeza.

1. Por ser santo no debe zanjarte, ni rasurarte la cabeza.

a. 14:1 Ustedes son hijos de Jehová su Dios; no deben hacerse zanjas en el cuerpo, ni se rasuren la cabeza a causa de los muertos.

b. 14:2 Porque eres pueblo santo de Jehová tu Dios. Y Jehová te ha escogido. Para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos, que están sobre la tierra.

VIII. Estatutos sobre los alimentos inmundo.

A. No podrás comer alimentos abominables.

1. Los alimentos de animales que se pueden comer.

a. 14:3 Nada abominable comerás.

b. 14:4 Estos son los animales que puedes comer: el buey, la oveja, la cabra.

c. 14:5 El ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montesa, el íbice o cabra salvaje, el antílope y el carnero montés.

d. 14:6 Podrás comer, todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales.

2. Los animales que no puedes comer.

a. 14:7 Pero no comerás, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida, estos: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán inmundos.

b. 14:8 Ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; le será inmundo. De la carne de éstos no comerás, ni toques sus cuerpos muertos.

3. Los peces que puedes comer y no comer.

a. 14:9 De todo lo que está en el agua, de estos podrás comer: todo lo que tiene aleta y escama.

b. 14:10 Pero todo lo que no tiene aleta y escama, no comerás. Les será inmundo.

4. Las aves que no puedes comer.

a. 14:11 Toda ave limpia podrás comer.

b. 14:12 Estas son de las que no podrás comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor,

c. 14:13 El gallinazo, el milano según su especie.

d. 14:14 Todo cuervo según su especie.

e. 14:15 El avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies.

f. 14:16 El búho, el ibis, el calamón.

g. 14:17 El pelícano, el buitre, el somormujo.

h. 14:18 La cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.

i. 14:19 Todo insecto alado será inmundo; no se comerá.

j. 14:20 Toda ave limpia podrás comer.

5. Nada moribundo o inmundo puedes comer.

14:21 Ninguna cosa moribunda podrás comer. Al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o venderla a un extranjero. Porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

IX. Estatuto sobre los diezmos.

A. El diezmo es obligatorio, en el lugar indicado.

1. Debes diezmar toda la utilidad de tu producción.

a. 14:22 Diezmarás obligatoriamente, todo el producto del grano, de la utilidad en tu campo, cada año.

B. El diezmo hay que llevarlo al lugar indicado.

1. Comerás el diezmo en el lugar indicado por Jehová.

a. 14:23 Comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiese. Para mencionar allí su nombre. El diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite. Las primicias de tus manadas y de tus ganados. Para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.

2. Cambia el diezmo en dinero, si habitas lejos.

a. 14:24 Si el camino fuese tan largo, que no puedas llevarlo. Por estar lejos de ti, el lugar que Jehová tu Dios hubiese escogido. Para poner en él su nombre. Cuando Jehová tu Dios te bendijese.

b. 14:25 En ese momento, lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiese.

c. 14:26 Darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, ovejas, vino, sidra, o por cualquier cosa que tú deseases. Comerás allí delante de Jehová tu Dios, te alegrarás tú y tu familia.

C. Deberás no desamparar al levita.

1. Le darás el diezmo de cada tres años.

a. 14:27 No desampararás al levita que habitase en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.

b. 14:28 Al fin de cada tres años, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades.

c. 14:29 Vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiese en tus poblaciones. Comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga, en toda obra que tus manos hiciesen.

Capítulo 15

X. Estatuto sobre la remisión.

A. El préstamo se perdonará cada 7 años.

1. Perdonaras la deuda a tu prójimo.

a. 15:1 Cada siete años harás remisión.

b. 15:2 Esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor, todo aquel que hizo un préstamo, con el cual obligó a su prójimo; no le cobrará más a su prójimo, o a su hermano. Porque la remisión de Jehová ha sido pregonada.

2. Al extranjero si cobrarás el préstamo.

a. 15:3 Al extranjero le cobrarás el reintegro, del préstamo. Pero no cobrarás y perdonarás lo que tu hermano te debe.

b. 15:4 Para que así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra, que Jehová tu Dios, te da por heredad. Para que la tomes en posesión.

c. 15:5 Si escuchases fielmente la voz de Jehová tu Dios. Para guardar y cumplir todos estos mandamientos, que yo hoy te ordeno.

3. Prestarás a muchas naciones.

15:6 Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho. Prestarás en ese tiempo, a muchas naciones. Pero tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones. Pero sobre ti no tendrán dominio.

4. Prestarás a tu hermano necesitado.

15:7 Cuando haya en medio de ti necesitado, de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre.

15:8 Sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.

5. Procura no seas desleal con el año de remisión.

a. 15:9 Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano necesitado. Para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado.

b. 15:10 Sin falta le darás, y no serás mezquino en tu corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas.

c. 15:11 Porque no faltarán necesitado en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al necesitado en tu tierra.

B. Al siervo debes dejar libre.

1. El que se vende para servirte, lo dejaras libre.

a. 15:12 Si se vendiese tu hermano hebreo o hebrea, para servirte. Y te hubiese servido seis años, al séptimo le despedirás libre.

b. 15:13 Cuando lo despidieses libre, no le enviarás con las manos vacías.

c. 15:14 Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido.

d. 15:15 Te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto, hoy esto, yo te lo mando.

3. Si no lo quieres dejar libre, le horadaras la oreja.

a. 15:16 Si él te dijese: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo.

b. 15:17 En aquel tiempo, tomarás un objeto punzante, y horadaras su oreja contra la puerta. Y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.

9. Enviaras libre a tu siervo.

g. 15:18 No te parezca duro cuando le enviares libre. Puesto que, por la mitad del costo de un jornalero, te sirvió seis años; y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieses.

C. Consagración de todo primogénito.

1. Consagrarás todo primogénito perfecto, es de Jehová.

a. 15:19 Consagrarás a Jehová tu Dios, todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas; no te servirás del primogénito de tus vacas, ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas.

b. 15:20 Delante de Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiese.

2. No consagrarás todo primogénito defectuoso.

a. 15:2 Si hubiese en él, defecto, si fuere ciego, o cojo, o hubiese en él cualquier falta, no lo sacrificarás a Jehová tu Dios.

b. 15:22 En tus poblaciones lo comerás; el inmundo lo mismo que el limpio comerán de él, como de una gacela o de un ciervo.

c. 15:23 Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la derramarás como agua.

Capítulo 16

XI. Israel tentó a Dios en el desierto.

A. Murmuró diciendo que los trajeron a matar de hambre.

1. En el desierto de Sin, 2 meses y 15 días de la salida de Egipto.

a. 16:1 Después que salieron de la tierra de Egipto. A los dos meses y quince días. Toda la congregación de los hijos de Israel. Partió de Elim, y vino al desierto de Sin. Este está entre Elim y Sinaí.

b. 16:2 Toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto.

c. 16:3 Les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos. Porque nos han sacado a este desierto. Para matar de hambre a toda esta multitud.

d. 16:4 Jehová dijo a Moisés: en este momento, yo les haré llover pan del cielo; el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día. Para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.

e. 16:5 Pero en el sexto día, prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.

2. Dios escuchó todas sus murmuraciones.

a. 16:6 Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabrán que Jehová les ha sacado de la tierra de Egipto,

b. 16:7 A la mañana verán la gloria de Jehová. Porque él ha oído sus murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que ustedes murmuren contra nosotros?

c. 16:8 Dijo también Moisés: Jehová les dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído sus murmuraciones con que han murmurado contra él. Porque nosotros, ¿qué somos? sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.

d. 16:9 Dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acérquense a la presencia de Jehová. Porque él ha oído sus murmuraciones.

e. 16:10 Hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y en ese instante, la gloria de Jehová apareció en la nube.

3. Dios les envía el Maná y codornices.

a. 16:11 Jehová habló a Moisés.

b. 16:12 Le dijo: Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al atardecer comerán carne, y por la mañana se saciarán de pan. Y sabrán que yo soy Jehová su Dios.

c. 16:13 Cuando llego la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento. Por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.

d. 16:14 Cuando el rocío cesó de descender. En ese momento sobre la faz del desierto había una cosa menuda, redonda. Era menuda como una escarcha sobre la tierra.

e. 16:15 Viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová le da para comer.

f. 16:16 Esto es lo que Jehová les ha mandado: Recojan de él cada uno según lo que pudiese comer; un gomer por cabeza, conforme al número de las personas, recogerá cada uno para los que están en su tienda.

g. 16:17 Los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más que otros.

B. El mandamiento del día sexto y la recogida del Maná.  

1. Recogieron más de lo debido y se pudrió el Maná.

a. 16:18 Lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.

b. 16:19 Les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello, para mañana.

c. 16:20 Pero ellos no obedecieron a Moisés. Sino que algunos dejaron de ello, para otro día. Le salió gusanos, y hedió. Se enojó contra ellos Moisés.

d. 16:21 Lo recogían cada mañana. Cada uno según lo que había de comer; y luego cuando el sol estaba más caliente, se derretía.

2. El sexto día debía recoger el doble para el día sábado.

a. 16:22 En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.

b. 16:23 Les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová. Lo que han de cocer, cocinalo hoy. Y lo que han de cocinar, cocinalo. Y todo lo que les sobrase, guardalo para mañana.

c. 16:24 Ellos lo guardaron hasta la mañana. Según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió.

d. 16:25 Dijo Moisés: Comelo hoy. Porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no lo hallaras en el campo.

e. 16:26 Seis días lo recogerán. Pero el séptimo día es día de reposo; no se hallará en este día.

3. El día séptimo no cayo Maná.

a. 16:27 Aconteció que algunos del pueblo salieron a recoger en el séptimo día, y no hallaron.

b. 16:28 Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no quieren guardar mis mandamientos y mis leyes?

c. 16:29 Mira que Jehová les dio el día de reposo, y por eso en el sexto día les da pan para dos días. Este, por tanto, cada uno en su lugar, y nadie salga de él, en el día séptimo.

4. El pueblo de Israel llamó Maná al pan del cielo.

a. 16:30 Así el pueblo reposó el séptimo día.

b. 16:31 La casa de Israel lo llamó Maná; y era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.

c. 16:32 Dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenen un gomer de él, y guárdalo. Para sus descendientes. A fin de que vean el pan que yo les di a comer en el desierto, cuando yo les saqué de la tierra de Egipto.

d. 16:33 Dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de Maná. Ponlo delante de Jehová. Para que sea guardado. Para sus descendientes.

e. 16:34 Aarón lo puso delante del Testimonio, para guardarlo. Como Jehová lo mandó a Moisés.

5. Comieron por 40 años Maná.

a. 16:35 Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.

b. 16:36 Un gomer es la décima parte de un Efa.

Capítulo 17

C. Murmuro el pueblo diciendo: que los trajeron a morir de sed.

1. Dios les saca agua de la peña de Masah y Meriba.

a. 17:1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim. Y no había agua. Para que el pueblo bebiese.

b. 17:2 Altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercás conmigo? ¿Por qué tientas a Jehová?

c. 17:3 Así que el pueblo tuvo allí sed, murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto? ¿Para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

d. 17:4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

e. 17:5 Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, toma contigo de los ancianos de Israel; toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.

f. 17:6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; golpearás la peña, saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.

g. 17:7 Llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba. Por la rencilla de los hijos de Israel. Y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, ¿o no?

D. Josué derrota a Amalec en Refidim.

1. Israel tiene guerra con Amalec.

a. 17:8 En aquel tiempo Amalec vino y peleó contra Israel en Refidim.

b. 17:9 Dijo Moisés a Josué: Escoge los varones. Para salir a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

c. 17:10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec. Moisés, Aarón y Hur, subieron a la cumbre del collado.

d. 17:11 Sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía. Pero cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.

e. 17:12 Las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella. Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.

2. Josué y Israel derrotan a Amalec.

a. 17:13 Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

b. 17:14 Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.

c. 17:15 Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi. El Señor es mi bandera.

d. 17:16 Dijo: Por cuanto la mano de Amalec, se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec, de generación en generación.

Capítulo 18

XII. Estatutos en la heredad de los hijos de Israel.

A. La ofrenda para los levitas.

1. La ofrenda de los sacerdotes levitas.

a. 18:1 Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel. Estos comerán de las ofrendas quemadas a Jehová y las ofrendas de la heredad.

b. 18:2 No tendrán, por tanto, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho.

c. 18:3 Este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.

d. 18:4 Las primicias de tu grano, de tu vino, de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás.

e. 18:5 Porque le ha escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus. Para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre.

2. Debe darse igual ofrenda si vive lejos.

a. 18:6 Cuando saliese un levita de alguna de tus ciudades de entre todo Israel, donde hubiese vivido, y viniese con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escogiese.

b. 18:7 Ministrará en el nombre de Jehová su Dios, como todos sus hermanos los levitas, que estuviesen allí delante de Jehová.

c. 18:8 Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios.

B. Las prácticas abominables por la que destruye a las Naciones.

1. Entre Israel no debe haber prácticas abominables.

a. 18:9 Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.

b. 18:10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero.

c. 18:11 Ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.

d. 18:12 Porque es abominación, para con Jehová cualquiera que hace estas cosas. Por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.

2. Israel debe ser perfecto.

a. 18:13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.

b. 18:14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen. Pero a ti, no te permitirá Jehová tu Dios.

C. Los profetas de Jehová y los falsos profetas.

1. Dios les enviara profeta como Moisés.

a. 18:15 Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios. Lo oirás a él,  

b. 18:16 Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego. Para que no muera.

c. 18:17 Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

2. Dios pedirá cuenta a quien no escuche al profeta.

a. 18:18 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

b. 18:19 Pero a cualquiera que no oyere mis palabras, que él hablase en mi nombre, yo le pediré cuenta.

3. El profeta de Jehová no habla con presunción.

a. 18:20 El profeta que tuviese la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablase en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.

b. 18:21 Si dijeses en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová nos ha hablado?

c. 18:22 Si el profeta hablase en nombre de Jehová, y no se cumpliese lo que dijo, ni aconteciese. Esa palabra Jehová no la ha hablado. Este profeta habló con presunción, no tengas temor de él.

Capítulo 19

XIII. Estatutos sobre los lugares de refugio.

A.  Apartaras tres ciudades de refugio.

1.   El homicida sin culpa se puede refugiar en estas ciudades.

a. 19:1 Cuando Jehová tu Dios, destruya a las naciones, cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las heredes. Habites en sus ciudades, y en sus casas.

b. 19:2 Apartarás tres ciudades en medio de la tierra, que Jehová tu Dios te da, para que la poseas.

c. 19:3 Arreglarás los caminos, y dividirás en tres partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad. Será para que todo homicida huya allí.

2. Podrán ir a refugiarse los que no tienen culpa.

a. 19:4 Este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente.

b. 19:5 Como el que fuese, con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar con su mano el golpe con el hacha. Para cortar algún leño. El hierro del cabo saltase y pegase contra su prójimo, dándole muerte. Aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá.

c. 19:6 No sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte. No debiendo ser condenado a muerte. Por cuanto no tenía enemistad, con su prójimo anteriormente.

3. Separar tres ciudades para el homicida sin culpa.

a. 19:7 Por tanto, yo te mando, diciendo: Separarás tres ciudades.

b. 19:8 Si Jehová tu Dios ensanchase tu territorio, como lo juró a tus padres, y te diese toda la tierra que prometió dar a tus padres.

c. 19:9 Siempre y cuando guardases todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy. Para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus caminos, todos los días. En aquel tiempo añadirás tres ciudades, más a estas tres.

d. 19:10 Para que no sea derramada sangre inocente, en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y no seas culpado de derramamiento de sangre.

4. Sacaras del refugio al culpable y lo mataras.

a. 19:11 Pero si hubiese alguno que aborreciese a su prójimo, lo acechase, se levantase contra él y lo hiriese de muerte. Y muere. Si este huyese a alguna de estas ciudades.

b. 19:12 En ese tiempo, los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre. Para que muera.

c. 19:13 No te compadecerás; quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.

B. Límites de la propiedad.

1. No cambiarás el límite antiguo de tu propiedad.

19:14 En la heredad que poseas, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos.

C. Estatutos sobre los testigos.

1. En un litigio habrá más de un testigo.

a. 19:15 No se tomará en cuenta a un solo testigo, contra ninguno, en cualquier delito, ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos, se mantendrá la acusación.

b. 19:16 Cuando se levantase testigo falso contra alguno, para testificar contra él.

c. 19:17 En ese tiempo, los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiese en aquellos días.

d. 19:18 Los jueces averiguarán muy bien. Si aquel testigo resultase falso, y hubiese acusado falsamente a su hermano.

e. 19:19 En ese tiempo harás a él, como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti.

f. 19:20 Los que quedasen oirán y temerán. Y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti.

g. 19:21 No te compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Capítulo 20

XIV. Estatutos sobre la guerra a otras Naciones.

A. Naciones lejos y distintas a Canaán.

1. Estarás dispuesto sin temor a ir a la guerra.

a. 20:1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vez caballos, carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos. Porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de la tierra de Egipto.

b. 20:2 Cuando se acerquen para combatir, se pondrá de pie el sacerdote y hablará al pueblo.

c. 20:3 Les dirá: Oye, Israel, ustedes se reúnen hoy en batalla contra sus enemigos; no desmaye su corazón, no temas, ni se azoren, ni tampoco se desalienten delante de ellos.

d. 20:4 Porque Jehová su Dios va con ustedes. Para pelear por ustedes contra sus enemigos. Para salvarlos.

e. 20:5 Los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene.

f. 20:6 ¿Quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla. Y algún otro la disfrute.

g. 20:7 ¿Quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla. Y algún otro la tome.

h. 20:8 Volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre miedoso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa. No se menosprecie el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.

i. 20:9 Cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo. En ese momento los capitanes del ejército, tomarán el mando, a la cabeza del pueblo.

2. El pueblo que quiere hacer paz lo harás tributario y te servirá.

a. 20:10 Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.

b. 20:11 Si respondieses: Paz, y te abre las puertas de la ciudad. Todo el pueblo que en ella se halle, lo harás tributario, y te servirá.

3. Harás guerra con el que no quiera paz contigo.

a. 20:12 Pero si no hiciese paz contigo, y emprendiese guerra contigo, entonces la sitiarás.

b. 20:13 Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada.

c. 20:14 Solamente las mujeres, los niños, los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti. Comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó.

d. 20:15 Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones.

4. Matar a todos los habitantes de Canaán.

a. 20:16 Pero las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida.

b. 20:17 Sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te ha mandado.

c. 20:18 Para que no te enseñen a hacer, según todas sus abominaciones, que ellos han hecho para sus dioses, y peques contra Jehová su Dios.

5. No destruirás los árboles frutales de las naciones.

d. 20:19 Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella, por mucho tiempo, para capturarla, no destruirás sus árboles cortándolos con hacha. Porque de ellos podrás comer. No los talarás. Porque el árbol del campo no es hombre. Para venir contra ti en el sitio.

e. 20:20 Pero el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo. Para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.

Capítulo 21

XV. Estatutos cuando habites en tu heredad.

A. El perdón sobre un homicidio en su heredad.

1. El perdón del homicidio sin conocer al homicida.

a. 21:1 Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuese hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiese quién lo mató,

b. 21:2 En esa época, tus ancianos y tus jueces saldrán. Medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto.

c. 21:3 Los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuese hallado el muerto, tomarán de las vacas, a una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo.

d. 21:4 Los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle.

e. 21:5 En ese momento, vendrán los sacerdotes hijos de Leví. Porque a ellos escogió Jehová tu Dios. Para que le sirvan. Y para bendecir en el nombre de Jehová. Por la palabra de ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa.

f. 21:6 Todos los ancianos de la ciudad, más cercana al lugar donde fuese hallado el muerto, lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle.

g. 21:7 Protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto.

h. 21:8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.

i. 21:9 Y tú quitarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieses lo que es recto ante los ojos de Jehová.

B. Contraer matrimonio con cautivas.

1. Matrimonio con mujeres cautivas traídas de la guerra.

a. 21:10 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregue en tu mano. Y tomaras de ellos cautivos

b. 21:11 Vieras entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codicias, y la tomas como tu mujer.

c. 21:12 La meterás en tu casa; ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas.

d. 21:13 Se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; llorará a su padre y a su madre un mes entero. Después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido. Y ella será tu mujer.

e. 21:14 Si no te agradase, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.

C. El primogénito de tus hijos recibirá su herencia.

1. Derechos de herencia del primogénito.

a. 21:15 Si un hombre tuviese dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida. La amada y la aborrecida le hubiesen dado hijos. Y el hijo primogénito fuese de la aborrecida.

b. 21:16 En el día que hiciese heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito.

c. 21:17 Pero al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito. Para darle el doble de lo que correspondiese a cada uno de los demás. Porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.

D. La rebeldía en los hijos desobedientes.

1. En caso de que el hijo le salga rebelde.

a. 21:18 Si alguno tuviese un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciese a la voz de su padre, ni a la voz de su madre. Y habiéndole castigado, no les obedeciese.

b. 21:19 Entonces lo tomarán su padre y su madre, lo sacarán ante los ancianos de su ciudad. Y a la puerta del lugar donde viva.

2. Mataras al hijo glotón y borracho.

c. 21:20 Dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.

d. 21:21 En ese momento, todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá. Así quitarás el mal de en medio de ti, todo Israel oirá, y temerá.

E. Maldición sobre el delito de crimen de muerte.

1. Maldito es el colgado de un madero.

a. 21:22 Si alguno hubiese cometido algún crimen digno de muerte, harás que se muera, colgándolo de un madero.

b. 21:23 No dejaras que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día. Porque por Dios es maldito el colgado en un madero. No contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Capítulo 22

F. Ofrecerás tu ayuda a tu hermano.

1. Si se le extravía sus bienes a tu hermano.

a. 22:1 No te negarás a ayudar, al buey de tu hermano, o su cordero, si lo vez extraviado. Lo devolverás a tu hermano.

b. 22:2 Si tu hermano no lo busca, ni tu vecino, o no lo conocieses. Lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque. Y se lo devolverás.

c. 22:3 Así harás con su asno, así harás también con su vestido, lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiese y tú la hallas; no podrás negarle tu ayuda.

2. Le ayudaras si se cae en el camino sus bienes.  

e. 22:4 Si vieses el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él. Le ayudarás a levantarlo.

G. El vestido de la mujer y el hombre.

1. El hombre y la mujer no usaran vestidos iguales.

a. 22:5 No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer. Porque abominación es a Jehová tu Dios, cualquiera que hace esto.

H. Conservar la existencia de especie del ave.

1. No tomaras los pollos, junto con la madre.

a. 22:6 Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos.

b. 22:7 Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti. Para que te vaya bien, y prolongues tus días.

I. Normas sobre edificar, sembrar, arar y vestir.

1. Cuida de hacer un muro en el techo de tu casa.

22:8 Cuando edifiques casa nueva, harás un muro a tu techo. Para preservarlo de caídas. Porque si se cae alguno de tu techo, no te eches la culpa, de la sangre sobre tu casa.

2. Siembra una sola especie de semilla.

22:9 No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste, como el fruto de la viña.

3. El arado lo harás con animales iguales.

22:10 No ararás con buey y con asno juntamente.

4. La tela de vestir no se debe mesclar lana y lino.

22:11 No vestirás ropa de lana y lino juntamente.

5. Harás flecos en tu manto.

22:12 Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.

J. Cuidar de la morar de las personas.

1. Si es aborrecida la mujer y acusada falsamente.

a. 22:13 Cuando alguno tomase mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciese.

b. 22:14 Si este le atribuyese faltas que den lugar a que hablar, y dijese: A esta mujer la tomé, me llegué a ella, y no la hallé virgen.

c. 22:15 En este sentido, el padre de la joven y su madre. Tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta.

d. 22:16 Y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece.

f. 22:17 Miren, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija. Pero ve aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad.

g. 22:18 En ese tiempo, los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán.

h. 22:19 Le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven. Por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel. La tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días.

2. Si no es virgen.

22:20 Pero si es verdad que no se halló virginidad en la joven,

22:21 En ese instante la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá. Por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre. Así quitarás el mal de en medio de ti.

3. La mujer casada y el hombre con que es sorprendida.

a. 22:22 Si fuese sorprendido alguno, acostado con una mujer casada con marido. Ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y también la mujer; así quitarás el mal de Israel.

4. La virgen desposada que se acuesta con otro.

a. 22:23 Si hubiese una muchacha virgen desposada con alguno, alguno la hallase en la ciudad, y se acostase con ella.

b. 22:24 En ese tiempo, sacaras a ambos a la puerta de la ciudad, la apedrearás, y morirán. La joven, porque no dio gritos en la ciudad. Y el hombre, porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.

5. La virgen desposada que abusan de ella en el campo.

a. 22:25 Pero si un hombre hallase en el campo a la joven desposada, y la forzase aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre, que se acostó con ella.

b. 22:26 Pero a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte. Porque como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida. Así es este caso.

c. 22:27 Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.

6. La virgen que es humillada.

a. 22:28 Cuando algún hombre hallase a una joven virgen que no fuese desposada, la tomase y se acostase con ella. Y fuesen descubiertos.

b. 22:29 En ese momento, el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata. Y ella será su mujer. Por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.

7. A la mujer del padre no la tomarás por mujer.

a. 22:30 Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.

Capítulo 23

XVI. Estatutos de la congregación de Jehová.

A. Personas no permitidas en la congregación de Israel.

1. Los que deben ser excluido de la congregación.

a. 23:1 No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril.

b. 23:2 No entrará bastardo en la congregación de Jehová; ni hasta la décima generación no entrarán en la congregación de Jehová.

c. 23:3 No entrará amonita, ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre.

d. 23:4 Por cuanto no les salieron a recibir con pan y agua en el camino, cuando saliste de Egipto. Porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.

e. 23:5 Pero no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios convirtió la maldición, en bendición. Porque Jehová tu Dios te amaba.

f. 23:6 No procurarás la paz de ellos, ni su bien en todos los días, para siempre.

g. 23:7 No aborrecerás al edomita. Porque es tu hermano. No aborrecerás al egipcio. Porque forastero fuiste en su tierra.

2. Los hijos en la tercera generación podrán entrar.

a. 23:8 Los hijos que naciesen de ellos, en la tercera generación, entrarán en la congregación de Jehová.

B. Las personas inmundas en el campamento.

1. Se purificará el inmundo.

a. 23:9 Cuando salieses a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala.

b. 23:10 Si hubiese en medio de ti alguno que no fuere limpio. Por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él.

c. 23:11 Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiese ocultado el sol, podrá entrar en el campamento.

d. 23:12 Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas.

2. Lugar de depositar los excrementos.

a. 23:13 Tendrás también entre tus armas, una estaca; y cuando estuvieses allí fuera, cavarás con ella, en un lugar, para colocar y cubrir tu excremento.

3. Tienes que ser santo.

a. 23:14 Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento. Para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti. Por tanto, tu campamento ha de ser santo. Para que él, no vea en ti cosa inmunda. Para que no se aparte de ti.

C. Las cosas que no se permiten en la congregación.

1. Si se escapó de su amo, no lo devuelvas a su amo.

a. 23:15 No entregarás a su señor, al siervo, que huye de su amo y se refugia en ti.

b. 23:16 Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiese, en alguna de tus ciudades, donde estuviese bien. No lo oprimirás.

2. Las ofrendas que no se permiten.

23:17 No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel.

23:18 No traerás la paga de una ramera, ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios, por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios, tanto lo uno como lo otro.

3. No se te permite cobrar interés a tu hermano.

a. 23:19 No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés.

b. 23:20 Del extraño podrás exigir interés, pero de tu hermano no lo exigirás. Para que te bendiga Jehová tu Dios, en toda obra de tus manos en la tierra adónde vas. Para tomar posesión de ella.

4. Debes pagar tus votos a tiempo.

a. 23:21 Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti.

b. 23:22 Pero cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado.

23:23 Pero lo que hubiese salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria, que prometiste con tu boca.

5. Deberes con respecto a lo sembrado de uva y trigo.

a. 23:24 Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; pero no pondrás en tu cesto para llevártelo.

b. 23:25 Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano. Pero no pasaras hoz a la mies de tu prójimo.

D. Lo no permitido en el divorcio.

1. No volverá a tomar la mujer con que se divorció.

a. 24:1 Cuando alguno tomare mujer y se casase con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.

b. 24:2 Una vez que salga de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.

c. 24:3 Pero si la aborreciese este último, le escribiese carta de divorcio, se la entregase en su mano, y la despidiese de su casa. O si hubiese muerto el postrer hombre que la tomó por mujer.

d. 24:4 No podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar. Para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

E. Los recién casados.

1. No podrán salir a la guerra, ni otra cosa por un año.

a. 24:5 Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.

F. El molino de tu hermano.

1. No tomaras prestados las piezas del molino de tu hermano.

a. 24:6 No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en prenda la vida del hombre.

G. Otros estatutos enseñados por Moisés.

1. El delincuente del hurto debe morir.

a. 24:7 Cuando fuese hallado alguno que hubiese hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiese esclavizado, o le hubiese vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti.

2. La plaga de lepra.

a. 24:8 En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo que se enseñó a los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así debes hacer.

b. 24:9 Acuérdate de lo que hizo Jehová tu Dios a María en el camino, después que saliste de Egipto.

3. La ropa prestada.

a. 24:10 Cuando des a tu prójimo alguna cosa prestándosela, no entrarás en su casa, para buscar la prenda.

b. 24:11 Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste, te sacará la prenda.

c. 24:12 Si el hombre fuese pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda.

24:13 Sin falta le devolverás la prenda, cuando el sol se ponga. Para que pueda dormir con su ropa, y te bendiga. Te será por justicia delante de Jehová tu Dios.

4. Pagaras el sueldo del obrero a su tiempo.

24:14 No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros, que habitan en tu tierra, dentro de tus ciudades.

24:15 En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo. Porque es pobre, y con él sustenta su vida. Para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti pecado.

5. Cada uno morirá por su pecado.

24:16 Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.

6. El derecho del extranjero.

24:17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda.

24:18 Sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios. Por tanto, yo te mando esto.

7. Dejará parte al extranjero, al huérfano y la viuda.

a. 24:19 Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla. Será para el extranjero. Para el huérfano y para la viuda. Para que te bendiga Jehová tu Dios, en toda la obra de tus manos.

b. 24:20 Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.

c. 24:21 Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.

d. 24:22 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.

Capítulo 25

XVII. Decretos de la ley en cuanto a la justicia.

A. Los azotes del delincuente.

1. Podrás dar solo hasta 40 azotes al delincuente.

a. 25:1 Si hubiese pleito entre algunos, y acudiesen al tribunal, para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable.

b. 25:2 Si el delincuente mereciese ser azotado, entonces el juez le postrará en la tierra, y le hará azotar en su presencia. Según sea su delito, así será el número de azotes.

c. 25:3 Se podrá dar hasta cuarenta azotes, no más allí; no sea que, si lo hiriesen con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano despreciable delante de tus ojos.

d. 25:4 No pondrás bozal al buey, cuando trillare.

B. El levirato.

1. El hermano vivo sucederá al que muera sin hijo.

a. 25:5 Cuando los hermanos habitasen juntos. Y muriese alguno de ellos, sin tener hijo. La mujer del muerto, no se casará fuera con hombre extraño. Su cuñado, hermano del muerto, se llegará a ella, y la tomará por su mujer. Y hará con ella parentesco.

b. 25:6 Y el primogénito que ella diese a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto. Para que el nombre de este no sea borrado de Israel.

2. Si el cuñado no quiere, se le llamara descalzado.

a. 25:7 Y si el hombre no quisiese emparentar con su cuñada. En ese momento la cuñada irá a la puerta, de la ciudad, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo.

b. 25:8 En ese momento los ancianos de aquella ciudad lo harán venir, hablarán con él; si él se levantase y dijere: No quiero tomarla.

c. 25:9 Se acercará entonces su cuñada a él, delante de los ancianos. Le quitará el calzado del pie, le escupirá en el rostro, hablará y dirá: Así será hecho al varón, que no quiere edificar la casa de su hermano.

d. 25:10 Se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.

C. Prevalecer la justicia.

1. El abuso en la riña es imperdonable.

a. 25:11 Si algunos riñeren uno con otro, y se acercase la mujer de uno. Para librar a su marido de mano del que le hiere, y alargando su mano asiese de sus partes vergonzosas.

b. 25:12 Le cortarás entonces la mano; no la perdonarás.

2. El peso falso es injusticia.

a. 25:13 No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica.

b. 25:14 Ni tendrás en tu casa Efa grande y Efa pequeño.

c. 25:15 Pesa exacta y justa tendrás; Efa cabal y justo tendrás. Para que tus días sean prolongados, sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

d. 25:16 Porque abominación es a Jehová tu Dios, cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.

3. Encomendó borrar la memoria de Amalec.

a. 25:17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto.

b. 25:18 De cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado. Y no tuvo ningún temor de Dios.

c. 25:19 Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. Para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides.

Capítulo 26

XVIII. Decreto de declarar la posesión de la tierra.

A. Las ofrendas de las primicias.

1. Será llevada al lugar que Jehová escogiese.

a. 26:1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, tomes posesión de ella y la habites.

b. 26:2 En aquel tiempo, tomarás de las primicias de todos los frutos que sacases de la tierra, que Jehová tu Dios te da. Las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiese, para hacer habitar allí su nombre.

2. Llevando tus ofrendas declaras tu posesión en la tierra.

a. 26:3 Te presentarás al sacerdote que hubiese en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.

b. 26:4 El sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.

c. 26:5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre. El cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres. Allí creció. Llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;

d. 26:6 Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron, y fueron muy rudos siendo sus servidores.

e. 26:7 Clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; Jehová oyó nuestra voz, vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión.

f. 26:8 Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, con señales y con milagros.

g. 26:9 Nos trajo a este lugar, nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.

3. Le entregarás después de la declaración tus primicias.

26:10 En este momento, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.

26:11 Te alegrarás, en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.

B. Darás a los al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda.

1. El tercer año del diezmo le darás una parte.

a. 26:12 Cuando acabes de diezmar, todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda. Y comerán en tus aldeas. Y se saciarán.

C. Declará solemnemente que Jehová es tu Dios y le obedecerás.

1. Declaras la entrega de tus diezmos el tercer año.

a. 26:13 Dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa. También lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda. Conforme a todo lo que me has mandado. No he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.

b. 26:14 No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos. He obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado.

2. A Jehová pedirás para que bendiga a su pueblo en su tierra.

26:15 Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel. En la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.

D. Guarda de poner por obras los estatutos y decretos.

1. Debes hacerlo de todo tu corazón y con toda tu alma.

a. 26:16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos. Cuida de ponerlos por obra, con todo tu corazón y con toda tu alma.

b. 26:17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, que andarás en sus caminos, guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos. Y que escucharás su voz.

2. Después de tu confesión Jehová declará que eres su propiedad.

a. 26:18 Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos.

b. 26:19 A fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor, fama y gloria. Para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él lo ha dicho.

Capítulo 27

XIX. Decreto de escribir la ley en piedra y del altar de Dios.

A. Levantar piedras en el monte Ebal.

1. Escribir las palabras de la ley en piedras grandes.

a. 27:1 Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaras todos los mandamientos que les prescribo hoy.

b. 27:2 El día que pases el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da. Levantarás un muro de piedras grandes. La podrás revocar con cal.

c. 27:3 Escribirás en ellas todas las palabras de esta ley. Cuando hayas pasado. Para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel. Como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho.

2. Edificar un altar a Jehová en el monte Ebal.

a. 27:4 Cuando, por tanto, hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo te mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás con cal.

b. 27:5 Edificarás allí un altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas instrumento de hierro.

c. 27:6 De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu Dios, y ofrecerás sobre el holocausto a Jehová tu Dios.

d. 27:7 Sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Jehová tu Dios.

e. 27:8 Escribirás muy claramente en las piedras todas las palabras de esta ley.

XX. Decretos de las bendiciones y las maldiciones.

A. Cumplirás los mandamientos, estatutos y decretos.

1. Los que pronunciaran las bendiciones y maldiciones.

a. 27:9 Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh Israel. Hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios.

b. 27:10 Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.

c. 27:11 Mandó Moisés al pueblo en aquel día.

d. 27:12 Diciéndoles: Cuando hayas pasado el Jordán, estarán sobre el monte Gerizim. Para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.

e. 27:13 Estarán sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.

2. Las maldiciones del mandamiento que pronunciaras.

a. 27:14 Hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz.

b. 27:15 Maldito el hombre que hiciese escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiese en oculto. Todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

c. 27:16 Maldito el que deshonrase a su padre o a su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.

d. 27:17 Maldito el que redujese el límite de su prójimo. Y todo el pueblo dirá: Amén.

e. 27:18 Maldito el que hiciese errar al ciego en el camino. Y todo el pueblo dirá: Amén.

f. 27:19 Maldito el que pervirtiese el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y todo el pueblo dirá: Amén.

g. 27:20 Maldito el que se acostase con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y todo el pueblo dirá: Amén.

h. 27:21 Maldito el que se ayuntase con cualquier bestia. Y todo el pueblo dirá: Amén.

i. 27:22 Maldito el que se acostase con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.

j. 27:23 Maldito el que se acostase con su suegra. Y todo el pueblo dirá: Amén.

k. 27:24 Maldito el que hiriese a su prójimo ocultamente. Y todo el pueblo dirá: Amén.

l. 27:25 Maldito el que recibiere soborno, para quitar la vida al inocente. Y todo el pueblo dirá: Amén.

m. 27:26 Maldito el que no confirmase las palabras de esta ley, para hacerlas. Y todo el pueblo dirá: Amén.

3. Las bendiciones del mandamiento que pronunciaras.

a. 28:1 Acontecerá que, si oyeses atentamente a la voz de Jehová tu Dios. Para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.

b. 28:2 Vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyes la voz de Jehová tu Dios.

c. 28:3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.

d. 28:4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

e. 28:5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

f. 28:6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

g. 28:7 Jehová derrotará a tus enemigos que se levantasen contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.

h. 28:8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, sobre todo aquello en que pusieses tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.

i. 28:9 Te confirmará Jehová por pueblo suyo santo, como te lo ha jurado, cuando guardases los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieses en sus caminos.

j. 28:10 Verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.

k. 28:11 Te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar.

l. 28:12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo. Para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo. Y para bendecir toda obra de tus manos. Prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.

m. 28:13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola. Estarás encima solamente, y no estarás debajo. Si obedecieses los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy. Para que los guardes y cumplas.

n. 28:14 Si no te apartases de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra. Para ir tras dioses ajenos y servirles.

B. Maldiciones que te alcanzará por la desobediencia.

1. La maldición por incumplir los mandamientos.

a. 28:15 Pero acontecerá, si no oyes la voz de Jehová tu Dios. Para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy. Vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

2. En tu ciudad, casa y campo.

a. 28:16 Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.

b. 28:17 Maldita tu canasta, y tu bandeja de amasar.

c. 28:18 Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.

d. 28:19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.

3. Perecerás por tu maldad.

a. 28:20 Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieses mano e hicieses, hasta que seas destruido. Perezcas pronto, a causa de la maldad de tus obras. Por las cuales me habrás dejado.

b. 28:21 Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras. Para tomar posesión de ella.

4. Enfermedades de virus.

a. 28:22 Jehová te herirá de tuberculosis, fiebre, inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina, con microbios de paracitos, baterías y hongos. Te perseguirán hasta que perezcas.

5. En el ambiente y atmosfera.

a. 28:23 Los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.

b. 28:24 Dará Jehová por lluvia a tu tierra, polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.

6. Serás derrotado por tus enemigos en guerra.

a. 28:25 Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos. Por un camino saldrás contra ellos. Y por siete caminos huirás delante de ellos. Y serás vejado por todos los reinos de la tierra.

b. 28:26 Tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y la fiera de la tierra. Y no habrá quien las espante.

7. Enfermedades del cuerpo.

a. 28:27 Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado.

b. 28:28 Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu.

c. 28:29 Palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos. No serás sino oprimido, robado todos los días, y no habrá quien te salve.

8. Serás humillado, oprimido, vejado y enloquecerás.  

a. 28:30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella. Edificarás casa, y no habitarás en ella. Plantarás viña, y no la disfrutarás.

b. 28:31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él. Tu asno será arrebatado de delante de ti, y no te será devuelto. Tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.

c. 28:32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo. Tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día. Y no habrá fuerza en tu mano.

d. 28:33 El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo lo comerá el pueblo que no conociste. Serás oprimido y quebrantado todos los días.

e. 28:34 Enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.

9. Enfermaras y serás motivo de burla.

a. 28:35 Te herirá Jehová con maligna llagas purulentas en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.

b. 28:36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieses puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.

c. 28:37 Serás motivo de horror, servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.

10. Trabajaras mucho pero no prosperaras.

a. 28:38 Sacarás mucha semilla al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.

b. 28:39 Plantarás viñas y labrarás. Pero no beberás vino, ni recogerás uvas. Porque el gusano se las comerá.

c. 28:40 Tendrás olivos en todo tu territorio. Pero no te ungirás con el aceite. Porque tu aceituna se caerá.

d. 28:41 Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.

e. 28:42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta.

f. 28:43 El extranjero que estará en medio de ti, se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo.

g. 28:44 Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.

11. Te vendrán todas las maldiciones y perecerás.

a. 28:45 Vendrán sobre ti todas estas maldiciones, te perseguirán, y te alcanzarán. Hasta que perezcas. Por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios. Para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó.

b. 28:46 Serán en ti por señal y por maravilla. Y en tu descendencia para siempre.

c. 28:47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón. Por la abundancia de todas las cosas.

d. 28:48 Servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre, con sed, con desnudez, y falta de todas las cosas. Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.

e. 28:49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas.

f. 28:50 Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño.

g. 28:51 Comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas. Y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.

12. Te sitiará tus enemigos en tus ciudades y te destruirá.

a. 28:52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra. Sitiará, a todas tus ciudades y a toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiese dado.

b. 28:53 Te comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio. En el apuro con que te angustiará tu enemigo.

c. 28:54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno. Y al resto de sus hijos que le quedasen.

d. 28:55 Para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiese. Por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro. Con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

e. 28:56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija,

f. 28:57 Al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diese a luz. Los comerá ocultamente. Por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro. Con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

C. Debes temer y obedecer a Jehová tu Dios.

1. Debes cuidar de obedecer a Jehová.

a. 28:58 Si no cuidases de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS.

2. Vendrá pestes y plagas.

a. 28:59 Entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas, las plagas de tu descendencia, plagas grandes permanentes, enfermedades malignas y permanentes.

b. 28:60 Traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán.

c. 28:61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido.

3. Serás de poca población y arruinado.

a. 28:62 Quedaras pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud. Por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.

b. 28:63 Así como Jehová se gozaba en hacerles bien y en multiplicarlos. Así se gozará Jehová en arruinarlos y en destruirlos. Serás arrancados de sobre la tierra, a la cual entras. Para tomar posesión de ella.

4. Esparcido por toda la tierra. 

a. 28:64 Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo. Allí servirás a dioses ajenos que no conociste, tú ni tus padres, al leño y a la piedra.

b. 28:65 Ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo. Porque allí te dará Jehová corazón temeroso, desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma.

c. 28:66 Tendrás tu vida como algo que pende delante de ti. Estarás temeroso de noche y de día. No tendrás seguridad de tu vida.

28:67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! Por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado. Y por lo que verán tus ojos.

5. Vendido por esclavos.

a. 28:68 Y Jehová te hará volver a Egipto en naves. Por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás. Allí serás vendidos a vuestros enemigos. Por esclavos y por esclavas. Y no habrá quien los compre.

Capítulo 29

XXI. El pacto de Dios con Israel en Moab.

A. Pacto concertado en Horeb.

1. Les recuerda todas las palabras del pacto en Horeb.

a. 29:1 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés, que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab. Además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

b. 29:2 Por tanto Moisés, llamó a todo Israel, y les dijo: Ustedes han visto todo lo que Jehová ha hecho delante de sus ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos. Y a toda su tierra.

c. 29:3 Las grandes pruebas que vieron sus ojos, las señales y las grandes maravillas.

2. Todo lo que han pasado para saber que Jehová es su Dios.

a. 29:4 Pero hasta hoy Jehová no les ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

b. 29:5 Yo los he traído cuarenta años en el desierto. Sus vestidos no se han envejecido sobre ustedes, ni sus calzados se ha envejecido sobre sus pies.

c. 29:6 No has comido pan, ni bebiste vino ni sidra. Para que supieras que yo soy Jehová su Dios.

3. La guerra sucedida, vendida y repartida la tierra.

a. 29:7 Llegaste a este lugar. Salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos.

b. 29:8 Tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.

B. El pacto de Dios con Israel confirmado en Moab.

1. Guarden las palabras del pacto para que prosperen.

29:9 Guardaras, por tanto, las palabras de este pacto, y las pondrás por obra. Para que prosperes en todo lo que hicieses.

2. Jehová confirma el pacto con los hijos de Israel en Moab.

a. 29:10 Ustedes todos están hoy en presencia de Jehová nuestro Dios. Los cabezas de sus tribus, sus ancianos, sus oficiales, y todos los varones de Israel.

b. 29:11 Sus niños, sus mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento. Desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua.

c. 29:1 Para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo,

d. 29:13 Para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho. Como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

e. 29:14 No solamente con ustedes hago yo este pacto y este juramento.

3. Confinación no solo con ellos, sino con su descendencia.  

a. 29:15 Sino con los que están aquí presentes hoy. Con nosotros delante de Jehová nuestro Dios. Sino con los que no están aquí hoy con nosotros.

b. 29:16 Porque ustedes saben cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones, por las cuales hemos pasado.

c. 29:17 Han visto sus abominaciones, sus ídolos de madera, de piedra, de plata y de oro, que tienen consigo.

d. 29:18 No sea que haya entre ustedes varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios. Para ir a servir a los dioses de esas naciones. No sea que haya en medio de ustedes, raíz que produzca hiel y ajenjo.

e. 29:19 Suceda que, al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed.

f. 29:20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces, humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre. Y se asentará sobre él, toda maldición escrita en este libro. Y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo.

g. 29:21 Lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel, para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.

4. Serán de escarnios y destruidos sino cumplen el pacto.

a. 29:22 Dirán las generaciones venideras, sus hijos que se levanten después de ustedes, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras. Cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar

b. 29:23 La tierra a quedado infructuosa. Es como la tierra que le siembran azufre y sal, para que no sea sembrada, ni produzca, ni crezca en ella la hierba del campo. Como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra. También en Adma y de Zeboim. Las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira.

c. 29:24 Pero aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira?

d. 29:25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto.

e. 29:26 Fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos a dioses que no conocían. Y que ninguna cosa les habían dado.

f. 29:27 Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra. Para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro.

g. 29:28 Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación. Y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.

5. Todo lo revelado pertenece a ustedes y lo secreto a Jehová.

29:29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios. Más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos. Para siempre. Para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Capítulo 30

XXII. Si sucediera la maldición por desobedecerle.

A. Volverás a seguir a Jehová y lo obedecerás.

1. Jehová hará volver a tus cautivos y tendrá misericordia.

a. 30:1 Sucederá que cuando hubiese venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti. Y te arrepintieses en medio de todas las naciones, adonde te hubiese arrojado Jehová tu Dios.

b. 30:2 Volverás a seguir a Jehová tu Dios, y obedecieses a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy. Tú y tus hijos. Con todo tu corazón y con toda tu alma.

c. 30:3 En ese momento Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti. Y volverá a recogerte de entre todos los pueblos, adonde te hubiese esparcido Jehová tu Dios.

d. 30:4 Aun cuando tus desterrados estuviesen en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará.

e. 30:5 te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres.

2. Jehová te bendecirá.

a. 30:6 Circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia. Para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.

b. 30:7 Pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.

c. 30:8 Tú volverás, y oirás la voz de Jehová. Y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy.

d. 30:9 Te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien. Porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres.

e. 30:10 Cuando obedecieses a la voz de Jehová tu Dios. Para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley. Cuando vuelvas a seguir a Jehová tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.

B. Tu eres el que eliges entre la vida y la muerte.

1. Los mandamientos están en tu boca y en tu corazón.

a. 30:11 Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.

b. 30:12 No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá? ¿Y nos lo hará oír, para que lo cumplamos?

c. 30:13 Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?

d. 30:14 Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Para que la cumplas.

2. Escoge el bien para que Jehová te bendiga.

a. 30:15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien. La muerte y el mal.

b. 30:16 Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos. Para que vivas y seas multiplicado. Y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras. Para tomar posesión de ella.

3.  Escoge el mal, y pronto perecerás.

a. 30:17 Pero si tu corazón se apartase y no oyeses. Te dejaras extraviar, te inclinases a dioses ajenos y les sirvieses.

b. 30:18 Yo les protesto hoy que de cierto perecerán; no prolongaran sus días, sobre la tierra adónde van. Pasando el Jordán. Para entrar en posesión de ella.

c. 30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra ustedes. Les he puesto delante la vida y la muerte. La bendición y la maldición. Escoge, por tanto, la vida. Para que vivas tú y tu descendencia.

d. 30:20 Amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él. Porque él es vida para ti. Prolongación de tus días. A fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Capítulo 31

XXIII. Moisés se despide y Josué tendrá su cargo.

A. Moisés se despide y coloca a Josué como su sucesor.

1. Moisés les dice no pasara el Jordán por mandato de Dios.

a. 31:1 Moisés les habló estas palabras a todo Israel.

b. 31:2 Les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.

2. Josué será quien pasará contigo el Jordán a Canaán.

a. 31:3 Jehová tu Dios, él pasa delante de ti. Él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás. Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.

b. 31:4 Hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.

c. 31:5 Los entregará Jehová delante de ustedes. Harás con ellos conforme a todo lo que les he mandado.

d. 31:6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temas, ni tengas miedo de ellos. Porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

3. Moisés alienta a Josué para poseer la tierra con el pueblo.

a. 31:7 Llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel. Esfuérzate y anímate. Porque tú entrarás con este pueblo, a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría. Y tú harás que la hereden.

b. 31:8 Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará. No temas ni te cohíbas.

B. Moisés escribe la ley y se la da a los sacerdotes.

1. En el año de remisión, leerán ante todo el pueblo.

a. 31:9 Escribió Moisés esta ley, la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel.

b. 31:10 Les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos.

c. 31:11 Cuando viniese todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios, en el lugar que él escogiese. Leerás esta ley delante de todo Israel. Para que lo oigan ellos.

d. 31:12 Harás congregar al pueblo, varones, mujeres, niños, y tus extranjeros que estuviesen en tus ciudades. Para que oigan y aprendan. Y teman a Jehová su Dios. Y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley.

e. 31:13 Los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová su Dios. Todos los días que vivas sobre la tierra adonde vayas. Pasando el Jordán. Para tomar posesión de ella.

C. Jehová le da el cargo de Moisés a Josué.

1. Josué es nombrado para dirigir a Israel.

a. 31:14 Jehová dijo a Moisés: Mira se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y espera en el tabernáculo de reunión. Para que yo le dé el cargo. Fueron, por tanto, Moisés y Josué. Y esperaron en el tabernáculo de reunión.

b. 31:15 Se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube. Y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.

D. Jehová le advierte a Moisés lo que el pueblo hará.

1. Dios le revela a Moisés lo que hará Israel en Canaán.

a. 31:16 Jehová dijo a Moisés: Mira, tú vas a dormir con tus padres. Este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adónde va. Para estar en medio de ella. Me dejará, e invalidará mi pacto, que he concertado con él.

b. 31:17 Se encenderá mi furor contra él en aquel día. Los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro. Serán consumidos. Vendrán sobre ellos muchos males y angustias. Y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males? ¿Porque no está mi Dios en medio de mí?

c. 31:18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día. Por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.

2. Le pide a Moisés escribir y enseñar un cantico.

a. 31:19 En este momento, escribe este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel. Haz que lo canten ellos. Para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

b. 31:20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel. Comerán, se saciarán, y engordarán. Pero se volverán a dioses ajenos, les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.

c. 31:21 Cuando les viniesen muchos males y angustias. En ese momento, este cántico responderá en su cara como testigo. Porque será recordado, por la boca de sus descendientes. Porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.

d. 31:22 Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.

3. Moisés dio órdenes a Josué.

31:23 Dio orden a Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate. Por tanto, tú introducirás a los hijos de Israel, en la tierra que les juré. Y yo estaré contigo.

4. Dio órdenes a los levitas de guardar la ley en el arca.

a. 31:24 Cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley, en un libro hasta concluirse.

b. 31:25 Dio órdenes Moisés, a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová.

c. 31:26 Diciéndoles: Toma este libro de la ley, y colóquenlo al lado del arca del pacto de Jehová nuestro Dios. Y esté allí por testigo contra ti.

d. 31:27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz. Mira que hoy aun viviendo yo con ustedes, son rebeldes a Jehová ¿Cuánto más después que yo me haya muerto?

5. Moisés les exhorta por última vez.

a. 31:28 Congreguen a mí todos los ancianos de sus tribus, a sus oficiales, y hablaré para que oigan estas palabras. Llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.

b. 31:29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente se corromperán y se apartarán del camino que les he mandado. Y que les ha de venir mal en los postreros días. Por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de sus manos.

5.1. El cántico fue recitado por Moisés.

a. 31:30 En ese tiempo, habló Moisés y toda la congregación de Israel escucho. Las palabras de este cántico hasta acabarlo.

Capítulo 32

XXIV. Moisés recita un canto de Jehová, y anuncia su muerte.

A. El canto de Jehová a su pueblo Israel.

1. Engrandece y proclama a Jehová.

32:1 Escuchen, cielos, y hablaré. Y oiga la tierra los dichos de mi boca.

32:2 Goteará como la lluvia mi enseñanza. Destilará como el rocío mi razonamiento. Como la llovizna sobre la grama. Y como las gotas sobre la hierba.

32:3 Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios.

32:4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta. Porque todos sus caminos son rectitud. Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él. Es justo y recto.

32:5 La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha. Generación torcida y perversa.

32:6 ¿Así pagás a Jehová? ¿Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció.

32:7 Acuérdate de los tiempos antiguos. Considera los años de muchas generaciones. Pregunta a tu padre, y él te declarará. A tus ancianos, y ellos te dirán.

32:8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones. Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres. Estableció los límites de los pueblos. Según el número de los hijos de Israel.

32:9 Porque la porción de Jehová es su pueblo. Jacob la heredad que le tocó.

32:10 Le halló en tierra de desierto. Y en yermo de horrible soledad. Lo trajo alrededor, lo instruyó. Lo guardó como a la niña de su ojo.

32:11 Como el águila que excita su nidada. Revolotea sobre sus pollos. Extiende sus alas, los toma. Los lleva sobre sus plumas.

32:12 Jehová solo le guio. Y con él no hubo dios extraño.

32:13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra. Y comió los frutos del campo. E hizo que chupase miel de la peña. Y aceite del duro pedernal.

32:14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas. Con grosura de corderos. Y carneros de Basán; también machos cabríos. Con lo mejor del trigo. Y de la sangre de la uva bebiste vino.

32:15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo. Y menospreció la Roca de su salvación.

32:16 Les despertaron a celos con los dioses ajenos. Lo provocaron a ira con abominaciones.

32:17 Sacrificaron a los demonios, y no a Dios. A dioses que no habían conocido. A nuevos dioses venidos de cerca. Que no habían temido sus padres.

32:18 De la Roca que te creó te olvidaste. Te has olvidado de Dios tu creador.

32:19 Y lo vio Jehová, y se encendió en ira. Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

32:20 Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro. Veré cuál será su fin. Porque son una generación perversa. Hijos infieles.

32:21 Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios. Me provocaron a ira con sus ídolos. Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo. Los provocaré a ira con una nación insensata.

32:22 Porque fuego se ha encendido en mi ira. Y arderá hasta las profundidades del Seol. Devorará la tierra y sus frutos. Y abrasará los fundamentos de los montes.

32:23 Yo amontonaré males sobre ellos. Emplearé en ellos mis saetas.

32:24 Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente. Y de peste amarga. Diente de fieras enviaré también sobre ellos. Con veneno de serpientes de la tierra.

32:25 Por fuera desolará la espada. Y dentro de las cámaras el espanto. Así al joven como a la doncella. Al niño de pecho como al hombre canoso.

32:26 Yo había dicho que los esparciría lejos. Que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos.

32:27 De no haber temido la provocación del enemigo. No sea que se envanezcan sus adversarios. No sea que digan: Nuestra mano poderosa. Ha hecho todo esto, y no Jehová.

32:28 Porque son nación privada de consejos. Y no hay en ellos entendimiento.

32:29 ¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto! ¡Y se dieran cuenta del fin que les espera!

32:30 ¿Cómo podría perseguir uno a mil? Y dos hacer huir a diez mil. Si su Roca no los hubiese vendido. ¿Y Jehová no los hubiera entregado?

32:31 Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca. Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.

32:32 Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos. Y de los campos de Gomorra; Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, Racimos muy amargos tienen.

32:33 Veneno de serpientes es su vino. Y ponzoña cruel de áspides.

32:34 ¿No tengo yo esto guardado conmigo? ¿Sellado en mis tesoros?

32:35 Mía es la venganza y la retribución. A su tiempo su pie resbalará. Porque el día de su aflicción está cercano. Y lo que les está preparado se apresura.

32:36 Porque Jehová juzgará a su pueblo. Y por amor de sus siervos se arrepentirá. Cuando viere que la fuerza pereció. Y que no queda ni siervo ni libre.

32:37 Y dirá: ¿Dónde están sus dioses? La roca en que se refugiaban.

32:38 ¿Que comían la grosura de sus sacrificios, Y bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os ayuden. Y os defiendan.

32:39 Ved ahora que yo, yo soy. Y no hay dioses conmigo. Yo hago morir, y yo hago vivir. Yo hiero, y yo sano. Y no hay quien pueda librar de mi mano.

32:40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano. Y diré: Vivo yo para siempre.

32:41 Si afilase mi reluciente espada. Y echare mano del juicio. Yo tomaré venganza de mis enemigos. Y daré la retribución a los que me aborrecen.

32:42 Embriagaré de sangre mis saetas. Y mi espada devorará carne. En la sangre de los muertos y de los cautivos. En las cabezas de larga cabellera del enemigo.

32:43 Alabad, naciones, a su pueblo. Porque él vengará la sangre de sus siervos. Y tomará venganza de sus enemigos. Hará expiación por la tierra de su pueblo.

2. Moisés recita el canto.

a. 32:44 Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun.

b. 32:45 Acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel.

c. 32:46 Y les dijo: inclinen su corazón a todas las palabras que yo les testifico hoy. Para que las manden a sus hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley.

d. 32:47 Porque no es cosa vana; es su vida. Por medio de esta ley harás prolongar sus días sobre la tierra, adónde vas. Pasando el Jordán. Para tomar posesión de ella.

B. La muerte de Moisés es anunciada por Dios.

1. Dios hablo a Moisés y le anuncia su muerte.

a. 32:48 Habló Jehová a Moisés aquel mismo día.

b. 32:49 Diciendo: Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab, que está frente a Jericó. Y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel.

c. 32:50 Muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo. Así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo.

2. No vera la tierra porque no lo santifico ante el pueblo.

d. 32:51 Por cuanto pecaste contra mí, en medio de los hijos de Israel, en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin. Porque no me santificaste en medio de los hijos de Israel.

e. 32:52 Verás, por tanto, delante de ti la tierra. Pero no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.

Capítulo 33

C. Bendición final de Moisés a Israel.

1. Moisés antes de morir bendice a Israel.

a. 33:1 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.

b. 33:2 Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán. Y vino de entre diez millares de santos. Con la ley de fuego a su mano derecha.

c. 33:3 Aun amó a su pueblo. Todos los consagrados a él estaban en su mano. Por tanto, ellos siguieron en tus pasos. Recibiendo dirección de ti.

d. 33:4 Cuando Moisés nos ordenó una ley. Como heredad a la congregación de Jacob.

e. 33:5 Y fue rey en Jesurún. Cuando se congregaron los jefes del pueblo. Con las tribus de Israel.

2. Bendice a Rubén.

33:6 Viva Rubén, y no muera. Y no sean pocos sus varones.

3. Bendice a Judá.

33:7 Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá. Y llévalo a su pueblo. Sus manos le basten. Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.

4. Bendice a Leví.

a. 33:8 A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso. A quien probaste en Masah. Con quien contendiste en las aguas de Meriba,

b. 33:9 Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto. Y no reconoció a sus hermanos. Ni a sus hijos conoció. Pues ellos guardaron tus palabras. Y cumplieron tu pacto.

c. 33:10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob. Y tú ley a Israel. Pondrán el incienso delante de ti. Y el holocausto sobre tu altar.

d. 33:11 Bendice, oh Jehová, lo que hiciesen. Y recibe con agrado la obra de sus manos. Hiere los lomos de sus enemigos. Y de los que lo aborrecieren. Para que nunca se levanten.

5. Bendice a Benjamín.

a. 33:12 A Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará confiado cerca de él. Lo cubrirá siempre. Y entre sus hombros morará.

6. Bendice a José.

a. 33:13 A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra. Con lo mejor de los cielos, con el rocío. Y con el abismo que está abajo.

b. 33:14 Con los más escogidos frutos del sol. Con el rico producto de la luna.

c. 33:15 Con el fruto más fino de los montes antiguos. Con la abundancia de los collados eternos.

d. 33:16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud. Y la gracia del que habitó en la zarza. Venga sobre la cabeza de José. Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.

e. 33:17 Como el primogénito de su toro es su gloria. Y sus astas como astas de búfalo. Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra. Ellos son los diez millares de Efraín. Y ellos son los millares de Manasés.

7. Bendice a Zabulón y a Isacar.

a. 33:18 A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres. Y tú, Isacar, en tus tiendas.

b. 33:19 Llamarán a los pueblos a su monte. Allí sacrificarán sacrificios de justicia. Por lo cual chuparán la abundancia de los mares. Y los tesoros escondidos de la arena.

8. Bendice a Gad.

a. 33:20 A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad. Como león reposa. Y arrebata brazo y testa.

b. 33:21 Escoge lo mejor de la tierra para sí. Porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino en la delantera del pueblo. Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.

9. Bendice a Dan.

a. 33:22 A Dan dijo: Dan es cachorro de león. Que salta desde Basán.

10. Bendice a Neftalí.

a. 33:23 A Neftalí dijo: Neftalí, saciado de favores. Y lleno de la bendición de Jehová. Posee el occidente y el sur.

11. Bendice a Aser.

a. 33:24 A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser. Sea el amado de sus hermanos. Y moje en aceite su pie.

b. 33:25 Hierro y bronce serán tus cerrojos. Y como tus días serán tus fuerzas.

12. Exaltación al Eterno.  

a. 33:26 No hay como el Dios de Jesurún. Quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda. Y sobre las nubes con su grandeza.

b. 33:27 El eterno Dios es tu refugio. Y acá abajo los brazos eternos. El echó de delante de ti al enemigo. Y dijo: Destruye.

c. 33:28 E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola, En tierra de grano y de vino. También sus cielos destilarán rocío.

d. 33:29 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú? Pueblo salvo por Jehová. Escudo de tu socorro. ¿Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados. Y tú hollarás sobre sus alturas.

Capítulo 34

D. La muerte de Moisés.

1. Dios le muestra a Moisés toda la tierra.

a. 34:1 Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó. Le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan.

b. 34:2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental.

c. 34:3 El Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.

d. 34:4 Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob. Diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, Pero no pasarás hasta allá.

2. En el monte Nebo, en Moab muere Moisés.

a. 34:5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.

b. 34:6 Lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor. Ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy en día.

3. Moisés muere a los ciento vente años.

a. 34:7 Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió. Sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

b. 34:8 Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días. Así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.

c. 34:9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.

4. Moisés fue profeta de Dios formidable.

d. 34:10 Nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, quien haya conocido Jehová cara a cara.

34:11 nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto. A Faraón, a todos sus siervos y a toda su tierra.

34:12 En el gran poder, en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar en este blog

Libros de la Biblia en Audio